“Los Gobiernos Locales son visibles en el tablero internacional, pero aún no tienen el protagonismo que deberían”
El pasado mes de diciembre Emilia Sáiz asumió la Secretaría General de la organización municipalista internacional Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), la asociación que desde 2004 representa los intereses de los Gobiernos Locales de todo el mundo ante instancias que van desde las Naciones Unidas hasta Gobiernos Nacionales, siempre en defensa de la Democracia Local y de la aplicación efectiva del principio de subsidiariedad. Emilia Sáiz, profunda conocedora de la realidad local internacional y de la propia organización, de la que forma parte desde su creación, reconoce el buen momento de los Poderes Locales pero manifiesta su intención de llegar aún más lejos en capacidad de influencia. Así lo explicado a Carta Local. Emilia Sáiz, Secretaria General de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, CGLU
Desde la perspectiva de CGLU, ¿Qué momento viven los Gobiernos Locales en el tablero mundial?
Los Gobiernos Locales viven un momento en el que se habla mucho de ellos en el tablero internacional. Sin embargo, eso no implica estar en la toma de decisiones, al menos no de la manera que a nosotros nos gustaría.
Dicho de otra forma, los Gobiernos Locales estamos en un momento de mucha visibilidad, y esto es bueno, pero esa visibilidad no va acompañada de más crédito a lo que hacemos, ni de la revisión de los formatos de gobernanza para que podamos tener una incidencia diferente. Es un momento de mucha esperanza, de crecimiento, pero aún no estamos donde tenemos que estar.
¿Es una esperanza fundada, se puede dar ese paso más allá?
Yo creo que sí. Es una esperanza muy fundada porque tenemos algunas cosas que hasta ahora no teníamos: en primer lugar, contamos con una representación mundial de los Gobiernos Locales como no la habíamos tenido en los últimos veinte años, y trabajamos en cuestiones y temáticas de alto interés para la Agenda Global sobre las que los Estados no han sabido qué hacer. Hablo del cambio climático, de la desigualdad, de la vivienda… Y hemos llegado aquí en este momento de visibilidad con el trabajo de asociaciones de Gobiernos Locales activas en el plano internacional y coordinadas en la plataforma Global Task Force, que facilita CGLU.
En segundo lugar, tenemos una Agenda Universal que tampoco teníamos antes, una agenda que afecta a todos por igual, a norte y a sur, a los grandes y a los pequeños... Antes la acción internacional estaba guiada por los intereses de unos y otros, pero con una Agenda Universal ya no es así.
Y además, creo que ahora existe una complicidad entre la sociedad civil organizada y los Gobiernos Locales y Regionales, también organizados, que no existía con anterioridad. Estamos hablando de otra manera con sindicatos, y ONGs, incluso con las que se encargan de la ayuda humanitaria. El progreso de los Gobiernos Locales en la gobernanza internacional es percibido por la sociedad civil como un avance para los ciudadanos.
Todo lo que los Gobiernos Locales conquisten, es conquista para la ciudadanía. Y también lo es ese lugar que buscamos y reivindicamos en la mesa global, porque significa que los ciudadanos van a estar más cerca de la toma de decisión.
Los Gobiernos Locales en las diferentes áreas del mundo se encuentran en situaciones muy diversas. ¿Cómo “gestiona” CGLU esas diferencias?
La situación es desigual, tanto en niveles de descentralización, como en procesos electivos, participación ciudadana o competencias municipales. El movimiento internacional municipalista, del cual CGLU es heredero, ha defendido siempre el concepto de subsidiariedad, que implica tomar las decisiones en el nivel más próximo a aquéllos a los que va a afectar, y eso significa que hay decisiones que es preciso tomar a nivel local.
Para nosotros, además, hay cuestiones que son vitales y que defendemos en todos los sitios, existan o no existan: democracia local y autonomía local. Este tipo de principios es lo que nos une. Son principios amplios, a los que hay que dar forma legislativa en las distintas realidades del mundo.
También está la capacidad de decidir que ámbitos tienen que ser cubiertos por políticas locales. Inclusión o transparencia son ámbitos en los que nos debemos a nuestros ciudadanos, y sea el sistema que sea y dónde sea, tiene que haber unas garantías de transparencia, de anticorrupción y de rendición de cuentas a los ciudadanos. Son principios grandes a las que las distintas realidades del planeta les están dando forma.
En CGLU aceptamos como miembro a cualquier Gobierno Local del Planeta que acepte que vamos a fomentar y defender estos principios, aunque su realidad sea diferente. En Nepal, por ejemplo, no ha habido elecciones locales hasta hace muy poco en Nepal. Nuestro socio del Nepal sí es consciente de que nosotros defendemos de que las haya, y que les vamos a ayudar a que suceda y a que su Constitución recoja ese nivel de autonomía local en el que nosotros creemos. Y de hecho, hemos participado en procesos de renovación constitucional de muchos países africanos y muy recientemente en Túnez después de la primavera árabe.
Pero las realidades son las que son y, aunque no podemos interferir con las competencias nacionales, CGLU aboga en los foros internacionales por hacer entender que los Gobiernos Locales no son meras Administraciones, sino Gobiernos, que tienen que decidir y rendir cuentas en un sistema democrático. No tenemos “policía CGLU” para implementar las cosas en cada lugar, la implementación es voluntaria, por el convencimiento, por el diálogo. Y funciona bastante.
Si le digo Agenda 2030 ODS, ¿Qué me responde?
Orgullo, profundo orgullo, porque en un marco mundial y multilateral en donde parece ser que todo el mundo se repliega detrás de sus muros, donde da miedo que llegue gente buscando sueños nuevos, donde ”lo nuestro siempre es lo mejor”, los ODS y la Agenda 2030 han pasado a ocupar un lugar preeminente en las agendas de todos los países, en todas las latitudes. Es casi un milagro que hayamos logrado adoptar una Agenda que recoge las aspiraciones humanas de todos y que, si cumplimos, daría paso a una sociedad con posibilidades para todos. Por eso para mí es un profundo orgullo.
Desde Río hasta 2015 yo viví esas negociaciones con incredulidad, con momentos de euforia y con momentos de mucha frustración, porque veía lo difícil que era poner la palabra democracia. Y a pesar de un ambiente multilateral en donde nadie quiere ceder, donde incluso se utiliza el veto en el Consejo de Naciones Unidas, al final, hay resultado!!! Yo creo que es un milagro del que podemos estar muy orgullosos. Cuando se cerró el acuerdo de París me pareció increíble. Al final es ahí donde se ve la humanidad que nos une.
Nosotros defendemos mucho la Agenda 2030, no sólo porque es parte de una Agenda que ya han estado haciendo los Ayuntamientos -es el día a día de nuestros miembros-, sino porque si defendemos y alcanzamos esos objetivos, vamos a vivir de una manera mucho mejor, mucho más feliz.
Hemos marcado la Agenda 2030 como eje estratégico de CGLU y estamos promoviendo diálogos a nivel regional y nacional sobre esta temática; también entrenamos a formadores en temática ODS y abogamos por un diálogo con las distintas esferas del Gobierno, a nivel local y regional e internacional.
Nueva Secretaria General de CGLU ¿Qué es lo más difícil que afronta ante esta responsabilidad nueva?
El reto más importante de cualquier Secretario General es facilitar el movimiento municipalista internacional, ser más facilitadora del movimiento que gerente de una organización. Creo que lo más difícil a lo que siempre nos enfrentamos es mantener el compromiso, que los miembros sigan creyendo en el asociacionismo como manera de expresarse y que no se dejen deslumbrar por aquéllos que pasan con fondos y que les van armando movimientos paralelos. El movimiento municipalista tiene que ser de los municipios, para los municipios y por los municipios. Concienciar a los miembros de que tienen que seguir pagando sus cuotas, que tienen que seguir contribuyendo, no sólo financieramente, sino participando en nuestras reuniones, dándonos visibilidad, poniendo al frente a esa Organización de los que ellos mismos se han dotado, ese es el gran reto.
Lo más ilusionante, entiendo, que también es eso, mantener la ilusión, asegurar la permanencia del movimiento, creo que es lo principal. Tenemos más de 100 años, ni Naciones Unidas es tan antigua. Mantener el movimiento, asegurar su resiliencia, su innovación y su transformación nos hace falta.
Cuando supo que iba a ser Secretaria General, ¿Qué es lo primero que se le pasó por la cabeza?
Honestamente, sentí una responsabilidad muy grande, pero también sentí mucha naturalidad. He trabajado con cinco Secretarios Generales y he vivido éxitos e infortunios con la misma intensidad, por eso lo he sentido como algo muy natural, pero, insisto, una gran responsabilidad.
Emilia Saiz