FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

23 Noviembre 2024

Revisión municipalista

El acuerdo sobre Presupuestos Generales del Estado que conocimos a mediados de octubre, abre la puerta por completo al uso de nuestro superávit y, con ello, da respuesta positiva a las demandas municipales. Esos casi 6.000 millones de euros que, con toda probabilidad, pondrán cierre al ejercicio de 2018, revertirán en actuaciones numerosas y necesarias que podremos llevar a cabo para impulsar las políticas sociales que los ciudadanos buscan en sus Ayuntamientos. Escuelas infantiles, políticas de empleo o actuaciones en materia de vivienda, son algunas de las áreas para las que, cada año desde hace ya muchos, reclamamos la inversión de nuestros ahorros. Más allá de las limitaciones que nos marca lo “financieramente sostenible”, poco más tenemos que demostrar sobre nuestra capacidad para invertir sin poner en riesgo la estabilidad presupuestaria del país ni las economías de nuestros municipios. Por eso, valoramos el acuerdo de manera favorable, y valoramos de igual manera la actitud en su planteamiento.



Esa valoración positiva llega también desde los pequeños municipios. Cuando la pérdida de población de los territorios, el envejecimiento de los censos, o los efectos de la población flotante nos conducen a plantear un Pacto de Estado contra la Despoblación, es porque ya ha pasado el momento de las lamentaciones y hay que empezar a actuar. Medidas como la partida de 80 millones destinada a favorecer la empleabilidad de los jóvenes en municipios menores de 10.000 habitantes resultan ser algo más que un gesto, porque hacen que algunos jóvenes se planteen la posibilidad de emprender en sus pueblos, porque ayudan a tomar decisiones y porque fijan a esas personas, a sus proyectos de vida y a sus familias en la tierra en la que han crecido y en la que, probablemente, quieren quedarse. Y las fijarán aún más si se universaliza la conectividad, si los servicios llegan a todos los rincones, si todos nos liberamos del prejuicio que tiñe de triunfadores a quienes emigran a la ciudad. El medio rural no puede ser el lugar donde se quedan los que no pueden elegir, sino la opción para quienes eligen en libertad la forma de vida más sana y más abierta. Así nos lo han hecho ver en Aguilar de Campoo en el marco del III Congreso sobre despoblación que se relata en estas páginas.

Y si se trata de elegir en libertad, esa libertad es la que también queremos llevar a las mujeres víctimas de maltrato. En nuestras manos, las de las Administraciones, las de la sociedad civil o las de las propias familias está ofrecerles el apoyo para disfrutar de una vida en libertad, una libertad ganada después de la valentía de superar la violencia y las agresiones de sus maltratadores.

 
Carta Local nº 383, octubre 2024.pdf