Durante el desarrollo de esta sesión, Casares pidió “no trivializar nunca, porque hay un problema de fondo”. Un problema, el odio, que se traduce en un crecimiento constante de estos delitos e incidentes de alrededor del 9% desde 2014. Y es que, como recordó el Secretario General de la Federación, el mundo local y la FEMP viven con especial preocupación el repunte del "discurso del odio” por lo que llamó a las instituciones y a la sociedad civil a “que refuercen su cooperación en la lucha contra el racismo, la xenofobia, la homofobia, la transfobia y otras formas de intolerancia”.
Esa cooperación debe traducirse, de acuerdo con Casares, en un “Pacto de Estado contra los Delitos de Odio” que aglutine a toda la sociedad y a las instituciones en este combate. En este sentido, el Ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, aseguró que es el momento de “estrechar aún más los lazos con organizaciones e instituciones de todos los ámbitos” y puso “la asistencia y el apoyo a las víctimas como eje central del segundo plan de acción”. Así, el Ministro destacó el papel del Tercer Sector y puso el acento sobre el auge de los delitos de odio motivados por antigitanismo, que aumentaron en un 57,1%.
Otros de los sectores que sufrieron el auge de este tipo de delitos, de acuerdo con la última Encuesta sobre Delitos de Odio, es el de las personas con discapacidad, con un incremento del 69,2% en los hechos registrados; también aumentaron los actos de odio por discriminación por enfermedad en un 62,5%; por discriminación por sexo y/o género, con un alza del 43,5%; y por discriminación generacional en un 11,1%. Estos repuntes tuvieron lugar en un año en el que los delitos de odio se han reducido, en términos generales, en un 17,9%.