FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

22 Noviembre 2024

Acción local frente al fuego: manual de instrucciones

“Las temperaturas, el cambio climático, y la despoblación hacen que convivamos con un auténtico cóctel molotov”. Esa descripción de la Alcaldesa de Folgoso Do Courel se traduce en que en 2022 ardió una "provincia": más de 300.000 hectáreas calcinadas en toda España, la extensión de Álava. Ante el aumento de la temperatura y un año seco, el Plan Verano 2023 para enfrentar retos como éste, el de los incendios, alerta de que estas tragedias aumentarán.




Para combatir esta catástrofe,que en este 2023 ya ha devorado casi 70.000 hectáreas, prácticamente el doble que el año pasado, Carta Local habla con dos Alcaldes y una Alcaldesa que han estado frente al fuego, que trabajan para que la vida brote de las cenizas y que preparan cada año sus municipios para evitar que las llamas vuelvan a causar estragos.

La importancia del trabajo de las autoridades locales queda recogida en documentos como el Plan Nacional de Protección Civil, por ejemplo. En su capítulo “Estrategia Local” apunta que el mundo local “tiene un papel de primer orden” ante desafíos como el de los incendios y que la Administración más cercana es la que interviene con sus efectivos en los primeros momentos de la tragedia. De ahí la importancia de la acción local y de la elaboración de planes locales donde se detallen sus efectivos, se reconozca el territorio y se faciliten estrategias de coordinación interadministrativa.

Prevenir, el mejor remedio

Ejemplos del trabajo local que, día a día, se desarrolla para prevenir, enfrentar y superar un incendio forestal es el de los Alcalde de Genalguacil y Ateca y el de la Alcaldesa de Folgoso do Courel.  Tras miles de hectáreas quemadas, dos aldeas calcinadas y 14 días frenéticos, la Alcaldesa de Folgoso Do Courel, Lola Castro, tiene claro que los incendios se previenen con “limpieza, limpieza y limpieza” y responsabilidad de todos los vecinos, sean permanentes o visitantes. “Estamos ante una realidad: cada vez queda menos gente en el rural y quien viene no viene para trabajar las tierras. El monte cada vez se pone con más maleza. Las temperaturas, el cambio climático y la despoblación hacen que convivamos con un auténtico cóctel molotov”, asegura.

Desde Genalguacil, el pueblo museo que sufrió el fuego que devoró Sierra Bermeja, su Alcalde, Miguel Ángel Herrera, recuerda que “la falta de atención, recursos y mejoras a los montes han convertido un recurso natural de primer nivel en un polvorín”. Así, llama a “recuperar el ganado en los montes, la vida” para hacer de bosques y montes espacios “limpios, seguros y rentables”. Por su parte, Ramón Cristóbal, Alcalde de Ateca, otra de la localidades afectadas por el fuego, destaca el papel que juega la coordinación con las autonomías que son las “que tienen los recursos técnicos y humanos para implementar medidas y hacer los estudios correspondientes”. “Los Ayuntamientos pequeños no tenemos los recursos para acometerlos”; pero, apostilla su homóloga gallega, “tenemos el conocimiento para hacer que tengan éxito”.

Frente al fuego

“Somos muy útiles porque conocemos mejor que nadie el territorio, sabemos las zonas más peligrosas, donde hay más masa forestal o cómo entrar o salir de un lugar”, explica el Alcalde de Genalguacil. Y es que, como añade Castro, “ningún GPS sabe atravesar nuestros caminos, ni conoce qué vecino está encamado o qué problemas de acceso tienen nuestras aldeas. Los Alcaldes y Alcaldesas sí lo sabemos y estamos ahí para ayudar”. Por eso, insiste Herrera, hay que “exigir que el Puesto de Mando esté cerca” de las localidades afectadas.

Por su parte, el Alcalde de Ateca recuerda su papel de “mediador” entre los equipos técnicos que combatían el fuego y los vecinos. Cristóbal habla de la gestión de la impotencia de esos vecinos y vecinas que ven su “hogar” amenazado, el monte en el que han crecido presa de las llamas y sus campos y ganados, entre otros bienes, reducidos a cenizas. En esos momentos, asegura, hay que “estar al pie del cañón” para canalizar la acción vecinal y los recursos de los vecinos “en favor de los equipos técnicos, de los expertos”, y para que no desemboquen en una tragedia o un conflicto que dé ventaja al fuego. Porque, como recuerda Castro, “la pérdida que no tiene solución es la vida”.

Retos pendientes

Tras el fuego, toca enfrentar lo perdido. En el caso de Genalguacil, se estima que tardarán 50 años en recuperar parte del patrimonio natural perdido en las 10.000 hectáreas calcinadas. Ante esta situación, Herrera destaca la necesidad de “crear un plan de reconstrucción de la mano de los vecinos y las instituciones. De estar preparados para los incumplimientos de las promesas de inversiones y ayudas para los vecinos y para el monte público, ya que siempre vemos que todo se queda en palabras y en casi nada. Lo que hay que tener claro es que hay que seguir luchando y no rendirse nunca”.

Ante los incendios, “siempre se puede hacer más”, añade el Alcalde de Ateca. Una de las propuestas que, tras su experiencia, considera interesante es que los equipos especialistas ofrezcan preparación de cómo se tiene que actuar ante una situación de este tipo. Desde Folgoso, Castro insta a aprender la lección y tomar medidas para devolver la vida a las propiedades “abandonadas y sin conservación” que son un riesgo y un freno al desarrollo económico de localidades con un marcado carácter minifundista como la suya. “Propiedad es responsabilidad”, apunta. 

Además, pide especial atención al “desbroce”, la limpieza del terreno, para la que “los Ayuntamientos pequeños necesitamos ayuda; necesitamos poder contratar a gente muy profesional, brigadas para hacer desbroces y mantenimiento durante todo el año y en todas las zonas de la localidad. Así evitaremos muchos incendios”.

 

 
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