FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

23 Noviembre 2024

Atapuerca es Ibeas

Ibeas de Juarros, provincia de Burgos. 1.404 habitantes repartidos en nueve núcleos de población, incluido el principal de Ibeas. Más de 130 kilómetros cuadrados de superficie y muchos siglos de historia. Hasta ahí, podría ser un pueblo más de Castilla y León. Sin embargo, este municipio tiene algo más: en su territorio está el acceso al yacimiento arqueológico de la Sierra de Atapuerca, un referente mundial para conocer la evolución humana. Y ese recurso, cuya explotación cumple ahora cuarenta años, ha ido desvinculando su nombre del de Ibeas, alejando las realidades de entornos que fueron próximos y que desde el municipio querrían acercar de nuevo.



La “Casa del Médico” de Ibeas de Juarros fue en su momento punto de partida de los visitantes que salían hacia la excavación, los investigadores se alojaban en el pueblo, y hasta el topónimo dio nombre a uno de los homínidos, el “Hombre de Ibeas”. Ahora no es así. Desde hace más de una década las excavaciones de la Sierra de Atapuerca y las visitas a este Patrimonio de la Humanidad se gestionan desde organismos externos al municipio.

VIvir en Ibeas, trabajar en Burgos

El pueblo, por su parte, continúa con un desarrollo más vinculado a su ubicación en el alfoz de Burgos que al hecho de ser el término en el que se ubican tanto éste como otro Patrimonio del Humanidad: el Camino de Santiago (en concreto, un tramo del Camino Francés). Desde el Ayuntamiento, nos cuenta su Alcalde, Jesús Lorenzo de la Fuente, se trabaja para buscar nuevos recursos, atender las necesidades sociales de las pequeñas pedanías y dar a conocer los recursos endógenos del territorio, por ejemplo, la alubia roja de Ibeas, imprescindible para elaborar un cocido muy especial de la zona para el que, en palabras del primer Edil,
“no sirve cualquiera. Tiene que ser la alubia roja regada por el agua del Arlanzón”.

Atravesado por la carretera N-120, con abundante tráfico de mercancías, Ibeas tiene a su favor la escuela, en la que el número de alumnos es creciente, y los niños son el futuro, dice Jesús Lorenzo de la Fuente. La población también ha crecido, a costa de las familias que han cambiado la capital por algo más tranquilo, bien comunicado y con más espacio. Son personas que “viven aquí aunque trabajen en Burgos”, dice el Alcalde, que reconoce el carácter de “dormitorio” de este núcleo, en el que cada vez es menor el número de personas que se dedica a tareas agrícolas o ganaderas.

La población del término municipal se concentra, sobre todo, en Ibeas. Otra parte se distribuye por otros ochos pueblos: Cueva, Cuzcurrita de Juarros, Espinosa de Juarros, Modúbar de San Cibrián, Mozoncillo de Juarros, Salgüero de Juarros, San Millán de Juarros y Santa Cruz de Juarros, al que pertenecen los barrios de Cabañas y Mata lindo. En algunos de estos pueblos se mantiene la dedicación al sector primario que ha ido desapareciendo en el núcleo principal. El envejecimiento de la población de algunos de ellos lleva al Ayuntamiento a demandar de forma insistente servicios que lleguen con más frecuencia (los sanitarios, por ejemplo, para hacer así más fácil la vida de los residentes y evitarles desplazamientos), o que, simplemente, lleguen. La falta de cobertura adecuada de telefonía móvil hacer parecer que “estar a 30 kilómetros de Burgos sea como encontrarse en el fin del mundo”, señalan.

El Consistorio busca soluciones a estas necesidades y, además, plantea otras demandas, entre las que figuran mejoras que hagan más seguros los cruces de acceso a Ibeas por carretera u otras cuestiones relacionadas con la depuración de aguas; y también la posibilidad de incorporar nuevas fuentes de riqueza para el pueblo, en el que no hay industria, y donde la actividad comercial es reducida.

El paso del yacimiento

Al Consistorio de Ibeas de Juarros le gustaría que el yacimiento reportase al pueblo más protagonismo y beneficios de los que reporta actualmente. Sin embargo, desde hace mucho, yacimiento y municipio han llevado caminos separados y la vinculación que existió de los primeros años de la excavación ahora apenas se percibe (ver cuadro). Ibeas no vive de los recursos que generan las actividades investigadoras ni turísticas del yacimiento de la Sierra de Atapuerca, pese a ser un Patrimonio de la Humanidad en su territorio; más aún, con frecuencia ve frenada la implantación de nuevas fuentes de recursos por las limitaciones que impone la protección de los bienes de interés cultural. Y así, dicen responsables de la Asociación Cultural Amigos del Hombre de Ibeas/Atapuerca, ACAHIA, está limitada la instalación,
“incluso en zonas alejadas”, de aerogeneradores, placas solares o una antena de telefonía, por ejemplo.

Sin embargo, la “corriente” de las excavaciones sí ha servido para poner en marcha otros atractivos vinculados con los descubrimientos. Y ha sido precisamente en uno de los pueblos del municipio, en Salgüero de Juarros, donde se ha establecido “Paleolítico Vivo”, una experiencia que permite a los visitantes un viaje a la prehistoria, ver y conocer cómo eran algunos de los animales que vivieron en Europa hace 10.000 años y acercarse a un entorno con una riqueza natural extraordinaria. Según explican sus promotores, “Paleolítico Vivo” se encuentra vinculado a un proyecto de reintroducción de bisontes europeos y caballos Przewalski, (caballos prehistóricos en peligro de extinción).

ACAHIA

ACAHIA nació en 1990 con la idea de integrar a los pueblos relacionados con los yacimientos, generar entre la gente conciencia sobre la importancia de los mismos, y crear un vínculo entre yacimientos y vecinos. En la actualidad cuenta con unos 80 socios.

Su presidenta, Inmaculada Ibeas, y el tesorero, Fernando Pascual, explican las actividades que realiza la asociación y recuerdan la celebración en 2015 del vigésimo quinto aniversario de la misma, en el que participaron miembros del equipo de investigación, como Eudald Carbonell, entre otros.

Presidenta y tesorero dan fe de la estrecha relación que Ibeas de Juarros tuvo con el equipo de investigación durante los primeros años. Las excavaciones, sobre todo en verano, traían al pueblo a un colectivo numeroso de personas que se integraban a la perfección en la dinámica diaria del municipio. “Hay mucha gente en el pueblo que ha convivido con ellos, ha jugado al mus, compartido meriendas, celebraciones…”. Ocurría cuando ese equipo se alojaba en el pueblo. Después, hace alrededor de una década, la Junta de Castilla y León hizo en Burgos una residencia de estudiantes. “Ibeas se quedó entonces como uno de los pueblos por los que pasaban en autobús camino de la excavación”, lamentan desde ACAHIA.

Sierra de Atapuerca

A la hora de recuperar presencia en este Patrominio de la Humanidad que son las excavaciones, tanto desde la Asociación como desde el propio Consistorio, se hace hincapié en el nombre. Ambos defienden la expresión “Yacimientos de la Sierra de Atapuerca”, con especial acento en la palabra “Sierra” para evitar atribuirlos en exclusiva a un único municipio, el vecino pueblo de Atapuerca, más aún si se tiene en cuenta, como indica el Alcalde, que la Sierra, en tiempos, ya pertenecía a la Junta de Juarros.

Aunque poco se puede hacer para evitar, en este caso, ese uso del lenguaje que lleva indefectiblemente a abreviar los nombres, Ayuntamiento y Asociación buscan otras soluciones y, por ahora, las propuestas van desde las señalizaciones a las indicaciones pasando por actos que relacionen la denominación de ambos espacios.

 
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