Las ilustraciones de estas páginas corresponden a los proyectos elaborados por el arquitecto y planificador urbanístico italiano Stefano Boeri (Milán, 1956). Se trata del denominado “Bosque Vertical”, consistente en dos torres residenciales construidas en el centro de Milán e inauguradas en 2014, y de la “Ciudad Bosque” de Liuzhou en China, su última propuesta que tiene como objetivo producir anualmente 900 toneladas de oxígeno. El primero alberga 900 árboles y 20.000 plantas. El segundo tendrá 40.000 árboles y un millón de plantas de más de cien especies
Todo ello responde a un nuevo concepto de construcción sostenible y ecológico denominado arquitectura verde (del inglés green building) cuya finalidad esencial es la lucha contra la contaminación del aire, uno de los mayores riegos para la salud al que nos enfrentamos en todo el mundo y que cada año ocasiona la muerte de aproximadamente tres millones de personas.
Los árboles, que tantos beneficios nos aportan, eran la mejor herramienta. La opción más económica y eficiente para absorber y dispersar las partículas de dióxido de carbono. También para reducir la contaminación acústica producida por el tráfico y para mantener las temperatura frescas en los interiores.
BOSQUE VERTICAL
El “Bosque Vertical” es un novedoso modelo destinado a edificios residenciales sostenibles que facilita la reforestación urbana sin la necesidad de ampliar la ciudad sobre el territorio. Se reforesta hacia arriba y no horizontalmente como es habitual.
El primer ejemplo del “Bosque Vertical” se realizó en el centro de Milán, en el borde del barrio de Isola. Consistente en dos torres residenciales de 110 y 76 metros de altura, tiene 900 árboles (de 3, 6 ó 9 metros), 20.000 plantas de una amplia gama de arbustos y flores que están distribuidos según la exposición solar de la fachada.
Las ventajas son numerosas. El “Bosque Vertical” ayuda a construir un microclima y a filtrar las partículas de polvo que están presentes en el ambiente urbano. Y la diversidad de las plantas ayuda a crear humedad y absorber el CO2 y el polvo, produce oxígeno, y protege a las personas y las casas de los dañinos rayos del sol y de la contaminación acústica.
También controlan y reducen la expansión urbana. Si pensamos en términos de densificación cada torre del “Bosque Vertical” es equivalente a un área de expansión urbana de casas unifamiliares y edificios de hasta 50.000 metros cuadrados. Otra de sus características es que son capaces de formar nuevos tipos de paisajes que van modificando su aspecto a través de las estaciones, dependiendo de los tipos de plantas involucradas. Los edificios ofrecen así una visión cambiante de la ciudad.
Este proyecto es ya muy apreciado y deseado por Alcaldes de grandes ciudades del mundo a quienes les encantaría importar la idea. Uno de ellos es Rahm Emanuel, Alcalde de Chicago, que el pasado 27 de julio visitó el “Bosque Vertical” de Milán, en compañía de su creador, Stefano Boeri. “Sí, realmente me gustaría tener uno en Chicago. Es un proyecto visionario”, afirmó tras recorrer los edificios.
CIUDAD FORESTAL DE LIUZHOU
El último proyecto de Stefano Boeri se está poniendo en marcha en China, uno de los países más contaminados y contaminantes del mundo, donde los fallecidos por esta causa se cuentan por decenas de miles todos los años. Allí, en Liuzhou, en el sur del país y en el centro de la región autónoma de Guangxi, el arquitecto italiano construirá la primera ciudad forestal china. Un ambicioso proyecto para enfrentarse al gravísimo problema de la contaminación.
A lo largo del río Liujiang, y en una extensión de 175 hectáreas, los edificios de la ciudad, que acogerán a 30.000 persona, estarán enteramente cubiertos por árboles y plantas en sus fachadas. Las escuelas, los hospitales, las oficinas, los centros comerciales y las viviendas sociales, todas ellas tendrás árboles. En total 40.000 árboles y un millón de plantas de más de 100 especies.
La nueva ciudad verde estará conectada a Liuzhou a través de un carril rápido, destinado a coches eléctricos y tranvías, y contará con varias áreas residenciales, espacios comerciales y recreativos, dos escuelas y un hospital. Además será energéticamente autosuficiente pues el proyecto contempla utilizar energía geotérmica para el aire acondicionado interior y paneles solares sobre los techos para recoger energía renovable.
La difusión de las plantas, no sólo en los parques y jardines o en las calles, sino también en las fachadas de edificios, permitirá a la ciudad contribuir a mejorar la calidad del aire (absorbiendo 10.000 toneladas de dióxido de carbono y 57 toneladas de contaminantes al año), disminuir la temperatura media del aire, crear barreras de ruido y mejorar la biodiversidad de las especies vivas, generando un hábitat de aves, insectos y pequeños animales.
Stefano Boeri resume así su innovador proyecto: “Por primera vez en China y en el mundo, un asentamiento urbano combinará el desafío de la autosuficiencia energética y el uso de energías renovables con el reto de aumentar la biodiversidad y reducir eficazmente la contaminación del aire en las zonas urbanas, crítica para la actual China, gracias a la multiplicación de las superficies vegetales y biológicas urbanas.