Proteger Europa: Policías Municipales en Frontex
José Galiano y Alberto Calvo cuidaban a diario, como policías municipales, de los vecinos de Castellbisbal y Alcalá de Henares; ahora trabajan cuidando las fronteras de Europa: son parte del Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, responsable de la protección del espacio Schengen. Carta Local habla con ambos agentes sobre este nuevo desafío, sobre qué les aporta su paso por la Policía Local para este nuevo cometido y sobre cómo ha cambiado su vida.
Alberto Calvo pasó de Alcalá de Henares a Kosovo. José Galiano dejó la barcelonesa Castellbisbal por un primer destino en Varsovia. Sobre su trabajo “a pie de calle”, Calvo recuerda la labor constante, como policía local, controlando el tráfico, trabajando por la convivencia, “asistiendo al ciudadano en todo aquello que fuera necesario”. Necesidades muy amplias como apunta Galiano al rememorar cuando “patrullaba las calles, recogía denuncias en comisaría, vigilaba las entradas y salidas de alumnos de centros educativos, el tráfico de vehículos, etc”.
Ahora, José está en el puerto de la ciudad italiana de Brindisi, tras pasar por la sede central del Frontex en Varsovia. Por su parte, Alberto arrancó su experiencia en esta Agencia Europea “trabajando codo con codo con las autoridades kosovares” en la frontera entre Albania y Kosovo, ahora se encuentra destinado en la frontera entre Albania y Grecia como parte de la mision Joint Operation Terra 2022. Una operación que, como anunció el Frontex el pasado mes de febrero “ayudará a los Estados miembros a luchar contra el tráfico de migrantes, la trata de seres humanos, el tráfico de drogas, la identificación de vehículos robados, el fraude documental y el terrorismo”.
Las razones para este cambio de vida son varias, explica Calvo, “siempre me ha interesado la cooperación internacional (…) y buscaba algo nuevo, explorar, salir de España y trabajar en un ambiente internacional, aprender de otros compañeros”. En el caso de José, recuerda que vio “la noticia de que la Unión Europea iba a crear su primer cuerpo policial uniformado de policía fronteriza y que buscaba, en aquel momento inicial, reclutar a ciudadanos con experiencia policial” entre otros ámbitos y “pensé que era una de esas oportunidades que se presentan una vez en la vida y que no hay que dejar escapar”.
Ambos destacan los requisitos de ingreso, como la experiencia policial, el nivel de inglés requerido o las pruebas físicas. Un proceso que, asegura Alberto, le ha abierto la puerta “a conocer gente maravillosa, descubres diferentes culturas, diferentes puntos de vista, diferentes formas de vivir la vida, de trabajar”. No es mejor, ni peor, que su trabajo previo, apunta Calvo, es diferente: “tienes que adaptarte y cambiar el enfoque” porque, como añade, Galiano “unirse a Frontex supone vivir con la maleta siempre preparada”.
Experiencia local
El trato humano, la capacidad de comunicación, la resolución eficaz de conflictos son algunas de las habilidades que, tras su paso por la policía más cercana, llevan al proyecto europeo agentes como Alberto y José. En este sentido, Calvo recuerda que “durante el tiempo que estuve trabajando en Alcalá de Henares traté con gente de todo tipo y enfrenté todo tipo de situaciones. Todo lo aprendido durante estos años en la policía me han servido en mi día a día en la frontera, ya sea a la hora de identificar a alguien, controlar un vehículo o el posicionamiento cuando trabajas con un número elevado de personas”. Ambos trabajos, asegura, requieren “ser flexible y adaptarse a la situación para poder resolver un posible conflicto en un corto espacio de tiempo”.
Por su parte, Galiano asegura que “la experiencia en la identificación de personas y en el control de vehículos, no sólo de su documentación, también en la búsqueda de estupefacientes o contrabando oculto en su interior son algunas de las facetas cotidianas de nuestra labor anterior que son muy útiles y apreciadas en Frontex”. Prueba del valor de la experiencia local y, aunque la mayoría de los policías que en la actualidad trabajan en Frontex provienen de los equivalentes europeos a nuestras Policía Nacional o Guardia Civil, cada vez hay más policías locales de toda Europa que se “unen a esta aventura”.
Una aventura que, como explican ambos, es temporal, el paso por esta Agencia Europea suele durar entre cinco y diez años, generalmente; pero ellos la exprimirán al máximo. Alberto volverá a Madrid, “pero aún no”, y José explica que si unirse al Frontex le ha enseñado algo es que “el futuro no está escrito y la vida te puede cambiar radicalmente de un día para otro”. A sus compañeros de profesión, los policías locales, o cualquiera que piense en seguir sus pasos, Alberto les dice que “se atrevan”, que “lo intenten"; pero que sean conscientes que, como explicaba José, “hoy estás aquí, mañana no lo sabes. Frontex exige un nivel alto de adaptación; pero vale la pena”
En esta línea, Galiano les dice que trabajar en otros países con compañeros de otras nacionalidades es una experiencia increíble y muy enriquecedora no sólo a nivel profesional, también a nivel personal y vital. Eso sí, añade, se debe tener claro que unirse a Frontex supone vivir con la maleta siempre preparada y siendo transferido de un país a otro. En muchos casos eso significa tener que alejarse de la familia y los seres queridos. Es una decisión que tiene una gran recompensa, pero que también exige.
Alberto Calvo frente a un coche de la Agencia