Ayuntamientos contra el ruido
El ruido es uno de los cinco factores urbanos que más perjudica a la salud de los ciudadanos europeos. Provoca estrés que afecta al ritmo cardíaco, acorta el tiempo de sueño e incrementa el riesgo de mortalidad, según dicen los expertos en la materia. Los habitantes de las ciudades padecen sus efectos y las autoridades municipales tratan de atajarlo con planes de actuación y ordenanzas específicas, aunque no siempre los resultados son inmediatos. Recientemente, la Defensora del Pueblo pidió a la FEMP que promoviera una campaña anti ruido a nivel nacional con la ayuda del Gobierno.
El tráfico incesante por suelos adoquinados, la música a todo volumen con la que algunos conductores nos obsequian a menudo, las motos sin silenciador o los bares de copas, son algunas de las quejas más frecuentes que “por centenares, plasman la desazón por la multitud de fuentes de ruidos que hacen inhabitables las ciudades”, en palabras textuales de la Defensora del Pueblo, María Luisa Cava de Llano, y que justifican una actuación “firme y resuelta” de la Administración local, según la responsable de esta institución.
Cava de Llano propone la realización de una campaña de un año de duración en la que estén implicados los Ayuntamientos, que “contenga y remedie” los problemas que los ciudadanos les trasladan diariamente. Para ello, cuenta con la participación activa de la FEMP, pero también del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que a su juicio “puede coadyuvar en la formación de esta campaña”.
La oficina de la Defensoría considera que el ruido es un problema muy grave, “en el que sin duda las Administraciones se ven superadas”, pero también insiste en que todavía existe un “importante margen de actuación administrativa”. En la carta remitida a la FEMP, Cava de Llano señala que convendría “insistir en actuaciones contra comportamientos incívicos, para evitar molestias innecesarias e intolerables” y le pide a la Administración municipal que aplique el “ingenio” y una actuación “firme y resuelta” ante este problema.
La FEMP, que ha tomado nota de este requerimiento y ya se ha puesto en contacto con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, señala en su contestación a la Defensora del Pueblo, que la lucha contra la contaminación acústica ha sido uno de sus principales ejes de actuación desde hace tiempo, precisamente por la numerosas quejas y denuncias que reciben los Alcaldes.
No bajar la guardia
En la carta de respuesta, firmada por el Presidente de la FEMP y Alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, reconoce que los Alcaldes no deben bajar la guardia en este asunto y que, por eso, la Comisión de Medio Ambiente de la Federación tiene ya perfilado un plan de trabajo para adoptar medidas tendentes a la disminución del ruido en las ciudades.
Estas iniciativas se sustentan, precisamente, en la coordinación con el Ministerio para concertar actuaciones conjuntas y, además, según apunta Zoido, la FEMP tiene previsto realizar cursos de formación con el fin de incrementar la capacidad de técnicos municipales y policías locales en el control del ruido.
Del mismo modo, el Presidente de la FEMP informa a la Defensora del Pueblo que desde la Federación se recomendará a los Cuerpos de Policía Local que realicen campañas de control y vigilancia de vehículos y actividades potencialmente contaminantes, al tiempo que se reforzará la acción informativa desde medios escritos y páginas web para sensibilizar a la población y a las autoridades locales en la adopción de medidas preventivas que contribuyan a reforzar los planes de lucha contra el ruido.
La FEMP ya elaboró en el año 2000 un Código de Buenas Prácticas sobre gestión medioambiental en los municipios de España en el que se proponía un amplio abanico de medidas para la prevención y la lucha contra el ruido en las ciudades.
En 2007, otro documento, la Estrategia de Lucha contra el Cambio Climático, recogía dos herramientas concretas para la disminución de la contaminación acústica: el modelo para la elaboración de planes de movilidad sostenible y el modelo para el desarrollo de planes de edificación y planificación urbana sostenible. Años más tarde, en 2011, la FEMP puso a disposición de los municipios una Guía para la implantación de Planes de Movilidad Urbana Sostenible que, además, de buscar la reducción de emisiones y residuos, incluye pautas para minimizar el impacto sobre el uso del suelo y la generación de ruidos.
Con todas estas herramientas de trabajo, los Ayuntamientos han ido avanzando en las medidas tendentes a la disminución del ruido en las ciudades y a la protección del ciudadano sobre los efectos de este problema. Estos avances se han concretado en la elaboración de mapas de ruido, obligatorios por ley, y en el desarrollo de planes de actuación a corto, medio y largo plazo. Todo ello acompañado, en muchos casos, de iniciativas novedosas que tienen como aliadas a las nuevas tecnologías.
Islas sonoras en Bilbao
La reducción del impacto sonoro es una medida prioritaria, pero no la única. También es posible contrarrestar el ruido molesto con otros sonidos más amables que faciliten la tranquilidad y el confort de los ciudadanos. Esta es la idea que inspira un proyecto que se está llevando a cabo en Bilbao, liderado por su Ayuntamiento y por el centro de investigación Tecnalia, y que consiste en la creación de “islas sonoras”, de “remansos de paz” en medio del bullicio urbano cotidiano.
Se trata de una iniciativa innovadora que comenzó el año pasado con una experiencia piloto en la plaza Arriquibar de Bilbao, donde se instalaron sonómetros y se colocaron pulsómetros a voluntarios, destinados a evaluar el entorno sonoro. Aunque el objetivo primordial es reducir la contaminación acústica en plazas o parques y, en general, en todos los nuevos proyectos de ciudad y barrios, la parte innovadora del proyecto es la introducción de sonidos agradables en dichos espacios, con la incorporación de especies vegetales y arbóreas, por ejemplo, que faciliten la sensación de tranquilidad.
Como explica el responsable de la división de desarrollo sostenible de Tecnalia, Fernando Espiga, la calidad acústica de un espacio urbano "no es sólo cuestión de decibelios sino de percepción”, por eso “hay que investigar qué tipo de espacio sonoro o de sonido ambiente hay que promover para un impacto positivo en la percepción ciudadana y su salud".
Por su parte, el Concejal de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao, José Luis Sabas, asegura que se trata de innovar, “dando una vuelta de tuerca a las cosas que hacemos día a día". El Ayuntamiento de Bilbao se ha propuesto –según Sabas- que todos los nuevos proyectos de la ciudad y sus barrios, "desde los más importantes hasta las pequeñas actuaciones, incorporen el confort acústico como un elemento más en los planes especiales en los barrios altos o las nuevas plazas o parques".
La iniciativa de Tecnalia y del Ayuntamiento bilbaíno está enmarcada en el proyecto Quadmap, financiado por la Unión Europea, con una duración de tres años, para la definición y gestión de zonas tranquilas en el marco de la Directiva europea 2002/49/CE sobre ruido ambiental. El proyecto servirá para intercambiar experiencias con otras administraciones y centros de investigación europeos ubicados en los entornos de Rotterdam, Florencia y París.
El centro de Madrid, zona de protección especial
El Ayuntamiento de Madrid aprobó el pasado 29 de marzo el proyecto de declaración de Zona de Protección Acústica Especial del Distrito Centro, recogiendo el mandato de la Ley del Ruido de 2003 que establecía la declaración de estas zonas como instrumentos de corrección de la contaminación acústica y la necesidad de elaborar planes zonales específicos al respecto.
Madrid cuenta con un Mapa Estratégico del Ruido desde enero de 2009 y con una Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica (OPCAT), aprobada en febrero de 2011.
La normativa de la Zona de Protección Acústica Especial del Distrito Centro delimita tres áreas en función de su nivel de contaminación acústica –alta, moderada y baja- y establece el régimen de limitaciones para la implantación de locales o el desarrollo de ciertas actividades relacionadas con el ocio o el espectáculo. La norma habilita a la Junta de Gobierno del Distrito para que pueda adelantar el horario de cierre de algunos locales durante los días en que se haya comprobado la superación de los objetivos de calidad acústica en periodo nocturno.
El Ayuntamiento contempla además la elaboración de un Plan de Movilidad para el Distrito Centro, que incluye la implantación de un régimen regulador especial de la carga y descarga, la intensificación del control del estacionamiento en doble fila o la peatonalización temporal o definitiva de aquellas calles donde la medida se muestre efectiva.
De forma paralela, las autoridades municipales incrementarán las acciones de información y concienciación dirigidas a los usurarios de ocio nocturno y la formación a los agentes de la Policía Municipal del Distrito para que realicen labores de inspección de la contaminación acústica.
Barcelona señala las zonas de más ruido nocturno
El 17 de mayo comienza en Barcelona una campaña de control del ruido, que ha puesto en marcha el Consistorio y que tiene como objetivo el control de la contaminación acústica durante el próximo verano, especialmente en aquellas zonas de la ciudad más conflictivas o en donde se concentran los lugares de ocio.
El Ayuntamiento, a través de empresas, medirá el ruido utilizando para ello 22 equipos distribuidos por los diez distritos de la ciudad. La actuación se centrará en las zonas de más elevada concentración nocturna de ocio: terrazas, locales, plazas y otros espacios; y controlarán el grado de cumplimiento de la ordenanza municipal en materia de contaminación acústica.
Esta acción irá acompañada de actividades de concienciación ciudadana, entre ellas la intervención de grupos de mimos que recordarán al público la necesidad de disminuir el ruido en la vía pública.
Barcelona cuenta con un mapa de ruidos desde 2008. Este mapa muestra que las dos fuentes principales de contaminación acústica son el tráfico y el ocio, la primera fundamentalmente diurna y la segunda nocturna. Durante el día, casi el 20% de los barceloneses soporta niveles superiores a los 70 decibelios, el límite admisible. De noche, el nivel es de 65 decibelios y el porcentaje de afectados el 8%.
Los jóvenes, protagonistas
“Haz ruido contra el ruido” es el título de una campaña impulsada por el Ayuntamiento de Valencia y los rectores de las cuatro universidades de esta ciudad con la que pretenden involucrar a los jóvenes valencianos en lucha contra la contaminación acústica.
La iniciativa se asienta en Internet – www.hazruidocontraelruido.com - y en las redes sociales e incluye concursos y un Laboratorio de Ideas. La Concejalía de Contaminación Acústica ha diseñado una web específica con artículos y enlaces que hablan del ruido en nuestra vida cotidiana, cómo afecta y cómo tratarlo.
Una de las ideas “estrella” es la convocatoria de concursos de cortometrajes, comics y monólogos, con los que se pretende incentivar las iniciativas contra el ruido y, de paso, extender su divulgación a toda la población.
El Consistorio valenciano lleva a cabo, por tercer año consecutivo, una campaña escolar sobre contaminación acústica dirigida especialmente a niños y niñas de 5º curso de educación primaria.
Asfalto silencioso
Esta campaña no es la única medida novedosa del Ayuntamiento de Valencia en materia de ruido. Recientemente, se ha asfaltado con pavimento fonoabsorbente una gran superficie de la calzada de diferentes calles de la ciudad, lo que ha permitido reducir el impacto acústico del tráfico rodado hasta en un 75 %, según fuentes del Consistorio.
El reasfaltado ha cubierto más de 200.000 m2 de calles en el último año, si bien es una medida que lleva varios años en marcha, desde que en 2000 se comenzó utilizar este material. Ya durante 2009 y 2010, en el marco del "Plan E", se reasfaltaron otras grandes vías urbanas de la ciudad.
El pavimento fonoabsorbente es un material denominado técnicamente microaglomerado de granulación discontinua que se extiende en capas de 3 centímetros de grosor y se caracteriza por tener una mezcla más abierta y un mayor índice de huecos, lo que le proporciona su gran capacidad para absorber el ruido. Durante 2011, el Consistorio ha invertido en obras de renovación de la vía pública con este material anti-ruido un total de 5,4 millones de euros.
Plan de Acción 2010 – 2015 de Zaragoza
Zaragoza es otro ejemplo de planificación contra la contaminación acústica. El mapa de ruido de la ciudad, vigente desde 2009, ha permitido definir los criterios generales para la gestión y actuación contra el ruido en esta ciudad y las actuaciones a corto y medio plazo, incluidas en un Plan de Acción que culmina en 2015.
El objetivo del plan es triple: por un lado, integrar el ruido en la gestión municipal, sobre todo en lo que se refiere al planeamiento, licencias o exigencias en obras municipales; por otro, la reducción del impacto en las zonas más afectadas y la preservación de las zonas tranquilas.
En este sentido, los responsables municipales explican su intención de priorizar aquellas actuaciones destinadas a reducir la población de personas expuestas a niveles superiores a 65 decibelios nocturnos, considerando este periodo como el de protección en primera instancia, por tratarse del destinado al descanso.
Las medidas correctoras incluyen también actuaciones relacionadas con los servicios municipales –obras en vías públicas, limpieza, recogida de residuos o transporte- o la reducción del impacto acústico de las actividades de ocio nocturno.
Desde un punto de vista preventivo, el trabajo se centrará en el cumplimiento de los objetivos de calidad sonora (fundamentalmente en el espacio interior) para todas las nuevas viviendas y usos sensibles objeto de desarrollo municipal. En este ámbito, el Ayuntamiento integrará el ruido como un elemento más del Plan de Movilidad Sostenible.
Al mismo tiempo, la intención es declarar cinco zonas “tranquilas” en el municipio y establecer un plan de preservación asociado. Estas zonas se corresponden con áreas de uso público destinadas al esparcimiento de la ciudadanía y que, por disponer de una calidad sonora adecuada, contribuyen a la mejora de la calidad de vida.
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