2017 ha sido el año de la Economía Circular por “culpa” de la Declaración de Sevilla ¿Cuál sería el balance a mes de diciembre?
Pues esa culpa entrecomillada la han suscrito ya 185 municipios que representan a casi 8 millones de habitantes. El balance, por tanto, es muy bueno. No es ya una lluvia fina, sino gotas gruesas que van calando entre quienes somos partes muy importantes del problema del consumo desaforado de recursos naturales: las ciudades. En las ciudades se concentra más de la mitad de la población mundial, se consume el 75% de los recursos naturales y se libera entre el 60% y el 80% de todas las emisiones contaminantes, con sus efectos sobre el medio ambiente, el clima o la salud. Somos partes del problema y, en consecuencia, debemos ser los principales actores en la solución.
¿Cómo valora el resultado en cuanto a ciudades adheridas?
Como le comentaba, creo que es muy bueno. Al fin y al cabo, el de la economía circular es un camino que nos marca la Comisión Europea a través de la Estrategia Europa 2020. Pero más allá de directrices políticas, existe una razón fundamental que ya no podemos ocultar por más tiempo: nuestro actual modelo de desarrollo económico, basado en una producción que nace para morir y en un consumismo puro y duro, es insostenible. Que seamos responsables de entre el 60% y el 80% de las emisiones y del consumo de tres cuartas partes de los recursos naturales nos marca también la obligación de liderar el cambio de nuestro modelo económico con la implicación activa de la ciudadanía. Las Locales somos las Administraciones Públicas más cercanas a los ciudadanos, a quienes debemos concienciar aún más sobre la necesidad de protagonizar el cambio, y no sólo por cuestiones medioambientales, sino también porque existen oportunidades para la creación de riqueza y empleo.
La Declaración se emitió en marzo, ¿qué hechos, acontecimientos o posicionamientos ha generado en estos 9 meses?
Lo realmente importante es el goteo, la suma de adscripciones a la Declaración de Sevilla, su difusión y la concienciación tanto de las propias Administraciones como de los ciudadanos y ciudadanas. El estampar una firma en la Declaración de Sevilla lleva aparejada la obligatoriedad de elaborar una hoja de ruta local hacia la economía circular, así como la cooperación con otras Administraciones en el mismo objetivo. En este sentido, resulta de gran importancia el compromiso asumido y el trabajo que está realizando la FEMP. En estos meses, además, ha habido un acontecimiento también en la ciudad de Sevilla que creo sinceramente que contribuirá a impulsar la economía circular y a internacionalizar la necesidad de impulsarla: el Foro Global de Gobiernos Locales, en el que participaron casi 150 representantes municipales de cuatro continentes para compartir buenas prácticas y acuerdos de colaboración. El medio ambiente, el cambio climático, el desarrollo sostenible o las economías alternativas fueron claves en los debates y en los compromisos.
¿Los ciudadanos se han concienciado?
Con el nivel de respuesta municipal que hemos tenido, sí, el grado de concienciación de los Ayuntamientos se está acelerando. En cuanto a la concienciación ciudadana, aquí hay que poner mayor énfasis, va calando, pero aún es lluvia fina. Cuando cada municipio tenga su estrategia local de economía circular y cuando la gente constate realmente que este modelo, además del lógico respeto medioambiental, conlleva una oportunidad económica y laboral, entonces la respuesta ciudadana será aún mayor. Debemos hacer ver a los ciudadanos que no sólo hablamos de reciclaje, sino también de reutilización de espacios públicos, de gestión integral del agua, de energía, de inclusión social y de empleo.
Y por poner un “pero” a estos nueve meses: ¿qué le hubiera gustado que pasara y no pasó?
Quizás una mayor implicación en la banca a la hora de financiar el cambio, es decir, de apoyar más decididamente en la creación de un tejido de pequeñas y medianas especializadas en economía circular y en apostar, pues, por los nuevos nichos de mercado. Debemos dar mayor difusión al trabajo de estos emprendedores y a sus iniciativas empresariales de éxito. Ese es también trabajo nuestro.
Cuando se firmó la Declaración se dijo que los municipios son la llave de la economía circular, ¿se ha traducido o se está traduciendo en hechos?
Sí, como le comentaba, no se trata de estampar una simple firma. La firma obliga a una estrategia amplia y a iniciativas concretas que van más allá del reciclaje. Los encuentros y jornadas profesionales sobre economía circular son cada vez más numerosos, y en ellos se comparten experiencias y proyectos. Cada vez que Juan Espadas acude a uno de ellos, lleva bajo el brazo su carpeta de iniciativas concretas ejecutadas por las distintas áreas y empresas municipales del Ayuntamiento de Sevilla, al tiempo que aprende y absorbe los proyectos puestos en común por otras ciudades. Déjeme que le ponga el ejemplo más reciente en el caso de Sevilla. Tan sólo hace unas semanas que hemos aprobado el I Plan Director de Innovación Social para el Empleo para impulsar en la ciudad las economías alternativas, el cooperativismo y la responsabilidad social. Ni que decir tiene que la economía circular es una de las principales protagonistas en este documento pionero y atrevido entre los municipios de España. Y no puedo dejar de mencionar que el trabajo que está realizando la Red de Ciudades por el Clima de la FEMP, es fundamental para difundir las ventajas de la economía circular en la lucha contra el cambio climático.
Con esta Declaración se puso por completo a la Economía Circular en la agenda política española. ¿Cómo valora la colaboración con el Gobierno de España y del Gobierno de España?
Es necesaria una mayor implicación del Gobierno de España y una mayor coordinación entre las instituciones públicas. La economía circular es sin duda una razón muy importante para defender un municipalismo fuerte, pero Administraciones Públicas, empresas y sociedad civil debemos ir de la mano.
Mirando a 2018 ¿qué retos se plantea como impulsor de la Economía Circular?
Primero, seguir sumando adhesiones a la Declaración de Sevilla. Segundo, su internacionalización. Y tercero, generar una potente red de detección de proyectos que sean fácilmente reproducibles entre ciudades. En esta interacción de proyectos y buenas prácticas debemos aprovechar las distintas redes internacionales de ciudades fraguadas a nivel de la FEMP, y a nivel de cada ciudad.
Cuando termine 2018, dentro de un año, ¿qué titular le gustaría que figurase al hacer balance?
La economía circular se convierte en un motor para el desarrollo en España y la creación de empleo.