La Jornada Mundial del Hábitat, fijada por las Naciones Unidas el primer lunes de cada mes de octubre, tiene como objetivo recordar a la comunidad internacional su responsabilidad colectiva para el futuro del hábitat humano. El lema elegido este año, “las ciudades y el cambio climático”, ha venido a recordar que los Gobiernos Locales se encuentran en la primera línea de trabajo frente al cambio climático.
Sobre esta base, CGLU y sus miembros vinieron a destacar que la estrategia de los responsables locales y regionales a la hora de combatir el cambio climático ha de ir más allá de los meros criterios medioambientales, e implicar otras áreas como la cultura, el desarrollo o la construcción de ciudades más seguras. Estas propuestas, recogidas como “mensajes clave”, serán llevadas por CGLU a las reuniones Rio+20 y la COP que se celebrará en Durban.
Mensajes clave
La organización municipalista resumió su propuesta en cuatro puntos: contribuir a la gobernanza en el campo del desarrollo sostenible, hacer de la cultura el cuarto pilar del desarrollo, abordar el cambio climático y hacer ciudades con capacidad de adaptación.
Sobre el primer punto, la organización municipalista mundial, que ya ha apostado por dedicar en la Conferencia Rio+20 un taller de trabajo específico a las Agendas 21 y sus resultados exitosos en el ámbito local, propone que el documento final que salga de esta cumbre recoja un capítulo específico dedicado a las autoridades regionales y locales.
A juicio de CGLU, la importancia de buenos mecanismos de gobernanza, basados en la transparencia, la participación y la responsabilidad, ha de ser puesto a disposición de la comunidad internacional. El mayor nivel de sostenibilidad se conseguirá con enfoques de abajo a arriba, en los que se marquen las prioridades y recursos disponibles; las estrategias nacionales de desarrollo sostenible deberían tener en cuenta las realidades locales y prestar apoyo a los Gobiernos Locales.
En cuanto a la cultura, los líderes locales y regionales deberían hacer de ésta el cuarto pilar del desarrollo. El crecimiento actual no puede entenderse como basado solamente en retos económicos sociales y medioambientales –los tres pilares que se suelen tener en cuenta al referirse a crecimiento sostenible-, sino que han de considerarse también la creatividad, el conocimiento, la diversidad y la belleza como bases ineludibles para el diálogo por la paz y el progreso, y estos valores están intrínsecamente conectados con el desarrollo humano y las libertades tal y como ya lo destacó CGLU en 2010 en su declaración política sobre la “cultura como el cuarto pilar del desarrollo”.
En lo referente a “Abordar el cambio climático”, CGLU subraya que el cambio climático es el mayor impacto social al que ha de enfrentarse el mundo. Los responsables locales, especialmente en los países emergentes, donde éste se ha sentido de manera más drástica, están dando testimonio de primera mano sobre la necesidad de reorientar tanto la mitigación del cambio climático como la asunción de retos socioeconómicos que no pueden ignorarse.
Tras muchos años defendiendo a los Gobiernos Locales y sus redes, ya está universalmente reconocido que las ciudades bien organizadas y bien gobernadas pueden liderar en sus países el camino de la reducción de emisiones y que, además, han de ser reconocidas como elementos clave en la implementación de estrategias climáticas, incluidas la mitigación y la adaptación de los esfuerzos. Este protagonismo, recuerda CGLU, ya aparecía reconocido en los acuerdos de la Cumbre de Cancún, de diciembre de 2010, donde se calificaba a los Gobiernos Locales como partes gubernamentales interesadas y se abría su acceso a mecanismos internacionales de financiación para las ciudades. Por ello, CGLU trabaja ahora para asegurar la participación efectiva de los niveles de gobierno local y subnacional en los planes nacionales de acción sobre el clima y en el acceso al soporte financiero.
Finalmente, en relación con el cuarto de los pilares, “hacer ciudades con capacidad de adaptación (“resilientes”), serán los Gobiernos Locales los que, a juicio de CGLU, podrán conseguirlo: “Estamos convencidos de que una acción preventiva coordinada y anticipada, que no tenga en cuenta costes de inversión será capaz de reducir drásticamente los costes humanos y financieros. Serán necesarios programas de formación y capacitación en el nivel local de cara a apoyar los riesgos e la integración urbana en las estrategias locales y garantizando terrenos seguros e infraestructuras para la población pobre. Las estrategias de reducción de riesgos de desastre han de considerarse –subraya CGLU- como una inversión y no como un gasto en los niveles nacional y local.