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23 Diciembre 2024

Sandra Ibarra, Presidenta de la Fundación Sandra Ibarra de Solidaridad frente al Cáncer: Si fuese Alcaldesa escucharía mucho

Sandra Ibarra (República Dominicana, abril de 1974) llegó a Medina del Campo con dos años; cuando tenía 20 le diagnosticaron una leucemia, que superó con un trasplante de médula; en 2002, de nuevo, otra leucemia llegó, como un mazazo, y otro trasplante y otra superación. Para entonces su compromiso de “activista” ante el cáncer ya era firme; hace tres años creó la Fundación Sandra Ibarra de Solidaridad frente al Cáncer desde la que se impulsan y coordinan esfuerzos ante la enfermedad



 
 
¿Cómo nació la Fundación de Solidaridad frente al Cáncer que lleva su nombre?
Yo llevo 16 años trabajando en el territorio de la salud. En 1995 me detectaron el primer cáncer, una leucemia, y tuve el privilegio de salir adelante, con la medicina, la voluntad, el destino, Dios, como se quiera llamar, y la suerte de poder recibir un trasplante de médula de mi hermano. A los tres meses hice mi primer desfile para la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), y decidí implicarme con la causa, colaborar con asociaciones y entidades. Mi caso sonó bastante porque fui la primera mujer que salió en televisión diciendo “soy modelo, de Medina del Campo, tengo cáncer y me voy a curar en la Seguridad Social”. Tampoco sé por qué lo hice, porque en aquella época la enfermedad se escondía.
 
¿Y después?
Siete años más tarde tuve una recaída, precisamente en el aniversario del 11-S; fue un momento durísimo, un nuevo trasplante de mi hermano -mi seguro de vida, otra vez-, y muchos efectos secundarios, que yo llamaría más bien “primarios”. Seguí trabajando en el cáncer y empecé a cuestionarme si con ello, realmente, estaba cambiando las cosas y sumando esfuerzos, participaba en proyectos de los demás y había planteamientos sobre la enfermedad con los que no estaba de acuerdo, mensajes obsoletos o visiones mitificadas que podían mejorarse. Entonces nos planteamos crear una estructura que permitiera sumar, no como “Sandra Ibarra”, sino como Fundación desde la que impulsar becas de investigación, proyectos de prevención y muchas más iniciativas. Hoy puedo decir que es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.
 
¿Cómo ha evolucionado la Fundación?
En los tres años que ahora tiene la Fundación hemos ido creciendo, y muy rápido, porque no partía de cero: conocer de primera mano la enfermedad y el entorno del cáncer te ayudan a hacer más rápido el camino. Y también trabajar. No sería capaz de dormir sabiendo que he dejado de hacer cosas que podía haber hecho. Desde que dí el paso adelante con la Fundación creo que he encontrado mi sitio
 
¿Cómo ha cambiado la percepción del cáncer en los últimos años?
Se ha vivido un gran cambio y ahora el cáncer es más visible. Aunque todavía se sigue hablando de la “larga y terrible enfermedad” se le va perdiendo el miedo, se evitan las metáforas. Queda mucho camino por recorrer, en investigación, en concienciación, en todo lo que ayude a que la gente con cáncer deje de esconderse. Lo que nos hace daño no son las cosas, sino la idea que tenemos de ellas.
 
¿Cómo los recibe un paciente de cáncer las noticias sobre el avance en las investigaciones?
Los pacientes de cáncer somos esponjas para estas noticias. Un avance siempre es positivo, magnífico, pero su aplicación terapéutica puede tardar años en llegar; por eso, informativamente, es preciso tratarlo con cuidado, ser muy riguroso; a veces hay titulares que hacen más daño que la quimioterapia.
 
La Fundación trabaja con el apoyo de muchas empresas ¿cómo son esas líneas de apoyos?
Trabajamos con proyectos de responsabilidad social corporativa. Con GHD, por ejemplo, se ha hecho una plancha de pelo de color rosa fabricada por la firma de manera especial para este proyecto, y una parte de su precio de venta se destina a la Fundación para becas de investigación. Con otro de los colaboradores, la firma cosmética Germaine de Capuccini, el proyecto va asociado a una crema para el pecho, cuya aplicación permite a las usuarias hacer una autoexploración siguiendo las instrucciones en varios idiomas que se adjuntan una guía.
Otro proyecto solidario es el pañuelo de Custo Barcelona, cuyos beneficios irán a la construcción de la Casa de la Fundación, futuro centro de actividades y también residencia para pacientes oncológicos y familiares que se desplazan para recibir tratamiento.
 
Imagínese de Alcaldesa… ¿en qué centraría su actividad?
Ya me han “tirado los tejos” para esta cuestión… De serlo, seguiría en el trabajo con el cáncer, que es mi tema, haría encuentros con ciudadanos y escucharía, escucharía mucho, a todos los colectivos y también a expertos, porque es muy importante la opinión de los que saben. ¿Mis ámbitos de mayor interés? la educación y, por supuesto, la salud.
 
 
 
Carta Local nº 384, noviembre 2024.pdf