En esta ocasión, el anuncio de un cambio en las condiciones que rigen la devolución de los créditos correspondientes al primer Plan de Pago a Proveedores ha marcado una CNAL en la que la FEMP, de nuevo, ha obtenido respuesta a sus demandas sobre adaptación de los parámetros de estos préstamos a los valores actuales del mercado. Las nuevas condiciones, adaptadas a la situación de los municipios, en las que el plazo de amortización, el periodo de carencia y el tipo de interés han sido los criterios trabajados,se han acogido favorablemente en la medida en que suponen una mejora de las condiciones para los Consistorios afectados. Los primeros cálculos hablan de ahorros próximos a los 270 millones de euros de los que podrían beneficiarse los algo más de 2.200 municipios acogidos al Plan.
Junto a este anuncio, en la CNAL se acordó la creación de tres grupos de trabajo que nos permitirán, entre otras cuestiones, avanzar en la implantación e interpretación bajo criterios comunes de la reforma local, así como analizar conjuntamente propuestas en el ámbito económico, tributario y fiscal. La implantación de la reforma y la mejora del modelo de financiación local son dos de los próximos retos de la FEMP, y así lo ha entendido el Ministerio que, con la puesta en marcha de estos grupos de trabajo, sienta las bases para afrontarlos. La Federación, a su vez, trasladará sus observaciones a los proyectos normativos relacionados con el coste efectivo de los servicios y el período medio de pago.
El balance de esta CNAL vuelve a ser favorable y nos reafirma en la idea de que la colaboración hace que las dos partes seamos más fuertes. El Plan de Pago a Proveedores ha representado desde su puesta en marcha una inyección de liquidez para los Ayuntamientos y ha contribuido a facilitar sus buenos resultados económicos en 2012 y 2013. Y así lo reconocemos.
Pero también sabemos que este apoyo no habría sido tan fructífero si desde las propias Entidades Locales no hubiese existido voluntad y esfuerzo para asegurar la sostenibilidad y el equilibrio. Ahora, con una deuda viva municipal que se reduce, un superávit que crece y la consolidación de una forma de “hacer Administración”, los Ayuntamientos nos podemos sentir orgullosos de llegar hasta donde hemos llegado, sabiendo que nuestro trabajo no puede quedar aquí, y que se debe dar solución a problemas tributarios, de financiación y de gestión presupuestaria que están encima de la mesa.