Mercedes Bresso, Presidenta del Comité de las Regiones:
La Estrategia 2020 sólo tendrá éxito si cuenta con las Entidades Territoriales. Desde el pasado mes de febrero, la italiana Mercedes Bresso ocupa la Presidencia del Comité de las Regiones. Presidenta de la región de Piamonte desde 2005, Bresso también ha sido Concejala de Turín y Presidenta del Consejo Provincial de Turín, y cuenta con una dilata experiencia en organizaciones municipalistas, desde la propia Sección Italiana (AICCRE) hasta Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU). Miembro del Comité de las Regiones, donde ocupa la Presidencia del PSE desde 2006, es la primera mujer en Presidir el Comité una cuestión que, a su juicio, demuestra que el CDR empieza a “entrar en la normalidad”.
Como nueva Presidenta del Comité de las Regiones (CDR), que representa a todas las regiones y entes locales de la Unión Europea. ¿Qué cuestiones primordiales desea abordar en su mandato?
Mi prioridad será hacer que el CDR construya argumentaciones más sólidas y presente propuestas basadas no sólo en la consulta de las redes locales y regionales, sino también en hechos concretos y experiencias innovadoras que hayan mostrado su valor.
Hay importantes hitos de la agenda europea que nos darán la ocasión de hacerlo en breve: la Estrategia Europa 2020, que promueve "un crecimiento inteligente, sostenible e integrador" como continuación de la Estrategia de Lisboa, el futuro presupuesto de la Unión y las grandes reformas, como las de la política de cohesión y la política agrícola común.
¿Qué significado tiene que sea usted la primera mujer que ocupa este cargo desde la creación del CDR?
Creo que el hecho de ser la primera mujer elegida Presidenta del Comité de las Regiones demuestra que el CDR empieza a entrar en la normalidad. No obstante, la auténtica anomalía es que hoy por hoy sea la única mujer al frente de una institución europea. Espero que mi elección permita, en cierta medida, remediar esta situación.
En el CDR estamos orgullosos, obviamente, de nuestro papel de representantes directamente elegidos por los ciudadanos europeos, pero para representarlos verdaderamente a todos, debemos contar con más mujeres en nuestras filas. Mi elección a la Presidencia debería ser sólo el comienzo de un proceso de cambio en el Comité. En efecto, espero que sea una señal que aliente a las mujeres europeas a implicarse más en la vida pública y una ilustración de que el mérito y la feminidad casan perfectamente. Hoy por hoy, las mujeres sólo representan un 23 % de los 344 miembros del CDR. Animo a todas nuestras delegaciones a que redoblen sus esfuerzos para integrar a un mayor número de mujeres.
En su tarea le acompaña como Vicepresidente, Ramón Luis Valcárcel, Presidente de la Región de Murcia ¿Cree que su origen común –de regiones del sur de Europa– marcará su actuación o el funcionamiento del CDR?
El día de mi elección me comprometí a ser Presidenta de toda la institución, por encima de las diferencias en cuanto al país de origen, la pertenencia política o el tipo de ente regional al que cada uno representa. Yo misma he sido Concejala y Presidenta de una provincia y después de una región, y tengo experiencia con Entes con competencias muy diferentes. Por tanto, me esforzaré por que el CDR siga siendo portavoz del interés común de todos los niveles territoriales. Ramón Luis Valcárcel Siso comparte conmigo esta preocupación.
Desde hace quince años, la fuerza del Comité de las Regiones reside en el rechazo a crear diferencias entre nosotros. Aspiramos a representar a las aproximadamente 120.000 entidades territoriales de Europa, y en las estructuras de la casa esto no puede traducirse en diferencias de estas proporciones. Es tanto cuestión de eficacia interna como de credibilidad de cara al exterior.
El Tratado de Lisboa ha reforzado las competencias del CDR. ¿Qué significado tiene esto para la posición y el trabajo del Comité?
Desde su creación en 1994 el Comité de las Regiones trabaja por una Europa más democrática, más transparente y más preocupada por no excluir a nadie. El Tratado de Lisboa reconoce este trabajo y nuestro valor añadido otorgando al Comité nuevas competencias, por ejemplo, en relación con la cohesión territorial y el control del principio de subsidiariedad, y abriendo nuevas posibilidades, como la iniciativa ciudadana.
Tengo la intención de trabajar para consolidar las nuevas competencias del CDR, que nos ayudarán a mejorar nuestra posición en el proceso de integración europeo, aunque sin olvidar que resultará esencial, para la credibilidad de la institución, utilizarlas de manera responsable.
¿Qué aspectos del Tratado de Lisboa pueden mejorarse?
En la batalla final por la ratificación del Tratado primaron a menudo los comportamientos defensivos, y perdimos la oportunidad de destacar sus posibilidades, en particular las participativas y territoriales. Al final, el Tratado será lo que hagamos de él. Por ello queremos trabajar para que la "iniciativa ciudadana" tome cuerpo, pues sabemos, basándonos en la experiencia adquirida en nuestros Estados miembros respectivos, que las regiones pueden desempeñar un papel como motor, vector y unificador para este tipo de iniciativas.
Considero que, hoy por hoy, el reto del poder político en Europa ya no es sólo "quién hace qué" –que es lo que establece el Tratado de Lisboa"– o "qué hacer", sino "cómo hacerlo". Disponer de un marco institucional estabilizado, como es el caso ahora, resulta fundamental, aunque no es suficiente para garantizar una buena gobernanza. Por el contrario, una buena cooperación entre los diferentes niveles de poder político y las instituciones resulta indispensable. La gobernanza multinivel es una cooperación basada en la confianza y no en la confrontación de las diferentes fuerzas políticas y democráticas legítimas.
En cuanto a la ampliación de la Unión, ¿propone el CDR que se exija a los países candidatos determinadas condiciones de autonomía local y regional?
Es cierto que la gobernanza multinivel también tiene una vertiente exterior, ya sea en relación con la ampliación o, de manera más general, en el marco de las relaciones entre la UE y sus socios del Sur y del Este. Por este motivo, todos los años el CDR examina los progresos realizados por cada uno de los países candidatos y potencialmente candidatos en la vía de la adhesión, y hace hincapié en la articulación entre el Estado Central y sus estructuras administrativas descentralizadas.
Esta evaluación completa el análisis general que realiza la Comisión Europea, institución a la que pedimos que no descuide este aspecto de la integración. Creo que es indispensable que las Entidades Locales y Regionales participen en este proceso desde una fase temprana, dado que se trata de un trabajo estructural y profundamente democrático que no puede realizarse únicamente a nivel central, sin una participación activa de todos los niveles de gobierno. Además, a través de nuestros comités consultivos mixtos y grupos de trabajo con los países candidatos y potencialmente candidatos a la adhesión, compartimos nuestras experiencias con los Gobiernos Locales y Regionales de estos países.
En marzo la Comisión Europea ha presentado la nueva Estrategia Europa 2020, que sustituye a la Estrategia de Lisboa para el crecimiento económico y el empleo. ¿Qué espera de la nueva estrategia para el CDR y los Entes Locales y Regionales?
En primer lugar, esperamos que sea realmente una estrategia que perfile la Europa del futuro y que no se confunda con la política de cohesión, que tiene sus propios objetivos y métodos. Además, es necesario que sustituya a la Estrategia de Lisboa teniendo en cuenta los cambios que se han producido en la economía mundial, en particular, como consecuencia de la crisis financiera y económica.
Estoy convencida de que es muy importante coordinar a nivel europeo una serie de objetivos clave que configurarán la acción de la Unión, los Estados y las regiones en los años venideros, pero también resulta indispensable definir el papel que los entes territoriales pueden desempeñar en esta estrategia. Ninguna estrategia para el futuro podrá tener éxito si se reduce a una acción exclusivamente intergubernamental, desprovista de "arborescencia" territorial. En el marco de la Estrategia de Lisboa, los Gobiernos Locales y Regionales no participaban ni en la fase de concepción ni en la de aplicación, y es una de las razones por la que los resultados fueron tan decepcionantes.
Cuando afirma que la Estrategia Europa 2020 necesita a los Gobiernos Locales, ¿qué quiere decir exactamente?
Existen síntomas de que Europa está saliendo de una crisis muy grave, aun cuando hay una serie de indicadores –por ejemplo, el empleo– que exigen que seamos cautos al afirmarlo. Por este motivo resulta esencial que nos procuremos una estrategia a largo plazo, independientemente de que a corto plazo respaldemos la salida de la crisis con medidas concretas.
Pero estoy convencida de que, para que esa estrategia funcione de verdad, hay que empezar en los lugares donde las diferentes políticas se ponen en práctica, es decir, las ciudades y las regiones. Es ahí donde se podrán sentar unas bases sólidas para la nueva dinámica: partiendo de la realidad de la economía local, que será la mejor consejera y la mejor gestora de esta estrategia. Para el CDR, que representa a los Gobiernos Locales y Regionales europeos en toda su diversidad, esto debe articularse en torno a una economía más ecológica y más prudente en la utilización de nuestros recursos naturales, sobre todo gracias al uso de energías renovables.
Mercedes Bresso