La Semana de la Movilidad se cerró el día 22 de septiembre con la celebración del Día Europeo de ¡La ciudad sin mi coche!, una jornada en la que, sin embargo, no se apreciaron variaciones sustanciales en la densidad del tráfico en las grandes ciudades del continente.
“Mejora el clima de tu ciudad” fue el lema propuesto por la Comisión Europea para esta octava edición de la Semana Europea de la Movilidad, a la que se adhirieron casi 1.700 ciudades de 37 países de todo el mundo –la iniciativa ya ha traspasado las fronteras de Europa- que programaron un extenso abanico de actividades a favor de la movilidad sostenible. Con la máxima de esta campaña, sus promotores han buscado, en esta ocasión, destacar la importancia de los esfuerzos que se realizan en el ámbito local para controlar el cambio climático y mejorar la calidad de vida mediante el fomento de medios de transporte alternativos al automóvil, desde desplazamientos a pie o en bicicleta, hasta el uso de transporte público o la utilización de coches compartidos o multiusuario.
Al llamar la atención sobre el trabajo de las ciudades y ciudadanos en apoyo de la sostenibilidad, la Semana Europea de la Movilidad ha buscado establecer un nexo de unión con la Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas (a celebrar en diciembre en Copenhague), en la que se analizará con más detalle el papel de los Estados en este ámbito. En la actualidad, más del 70% de la población europea vive en zonas urbanas y, por ello, las Autoridades Locales tienen un potencial considerable para mitigar el cambio climático mediante políticas públicas coherentes con los objetivos internacionales y la movilización de los ciudadanos para que reduzcan su huella de carbono.
Alemania y España, las primeras
Con 375 municipios, Alemania encabezó en ranking de países europeos en Entidades Locales participantes en la iniciativa; España, con 359, ocupó la segunda posición; y ambos Estados marcaron una amplísima diferencia con los inmediatamente siguientes (Francia, con 155, y Polonia, con 129). El resto de los países (ver cuadro) no llegaron en su mayor parte a la cincuentena.
Para participar, los municipios adheridos organizaron diversas actividades durante la Semana; de todas las iniciativas europeas, las más destacadas fueron las emprendidas por Almada (Portugal), Budapest y Salzburgo. En la ciudad portuguesa, el día 18 de septiembre los ciudadanos recibieron billetes de transporte público a cambio de materiales reciclables como latas, botellas de plástico o pilas. A lo largo de esa semana, y en un cine al aire libre se proyectaron películas relacionadas con el cambio climático. En Budapest se programaron tres días sin coches (el 19, el 22 y el 22 de septiembre); una de sus principales avenidas –la avenida Andrassy, patrimonio de la Humanidad, se cerró al tráfico con el objeto de convertirla en “una calle para vivir”, con hierba en el pavimento, competiciones deportivas, teatro de calle, demostraciones de vehículos limpios, carreras ciclistas y pinturas en la calle para niños. Finalmente, en Salzburgo se celebró una jornada se sensibilización sobre la movilidad sostenible y los modos alternativos de transporte, con demostraciones de vehículos eléctricos, paseos en “bicitaxi” por toda la ciudad y reuniones con ONG’s locales activas en asuntos ambientales y de transporte.
Experiencias españolas
Los municipios españoles participantes en la Semana Europea organizaron, en unos casos, actividades diversas a lo largo de la Semana, en otros casos impulsaron una iniciativa concreta el día 22 o promovieron alguna actividad permanente como muestra del compromiso de los Ayuntamientos en la concienciación ciudadana por las actividades y usos sostenibles.
En total, en España se han llevado a cabo más de 3.500 medidas permanentes, cifra que representa una media de unos diez proyectos por cada municipio, la cifra más alta conseguida en nuestro país desde la puesta en marcha de la iniciativa de la Semana, hace diez años. Las medidas de carácter estable han sido, entre otras, la instalación de servicios de bicicletas, la peatonalización de calles, el aumento del transporte público, la mejora de las redes de carriles bici, la eliminación de barreras arquitectónicas o la ampliación de las aceras, entre otras actuaciones.
Las grandes ciudades intensificaron sus actividades y presentaron sus proyectos; Madrid, por ejemplo, anunció la puesta en marcha de un servicio de alquiler de bicicletas, similar al que ya existe en Barcelona, en la primavera de 2011.
Otras capitales, como Logroño, Burgos o Vitoria, impulsaron exhibiciones de transporte alternativo, promoción de la bicicleta entre los funcionarios del Ayuntamiento, y un paseo urbano a pie para visitar obras relacionadas con el Plan de Movilidad sostenible, respectivamente. En Vigo, durante el Día de La ciudad sin mi coche, el Alcalde, Abel caballero, utilizó el transporte público para acudir a los actos institucionales de su agenda durante ese día. En Valencia se impulsaron los programas Bicis al Tren y Docubici 09; en Córdoba, Marcha en patines y en Palma de Mallorca, la Feria de Movilidad Sostenible.
En municipios más pequeños, como Getxo, Don Benito o Colmenar Viejo, las actividades fueron, respectivamente, la organización de talleres infantiles, la iniciativa adopta una Vía Verde, y el establecimiento de controles aleatorios para que los conductores pudiesen examinar los contaminantes de sus vehículos.
Desde el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, también se han impulsado actividades a lo largo de la Semana Europea; entre otras, se han celebrado jornadas relativas a la Estrategia Española de Movilidad sostenible, exposiciones, charlas, o incluso jornadas formativas destinadas a dar a conocer sistemas de conducción eficiente a través de simuladores. Además, un total de 25 bicicletas se pusieron a disposición de los funcionarios del Ministerio para sus desplazamientos por la ciudad y se realizaron demostraciones sobre el uso de los patines en el entorno urbano y sobre la integración del patinaje como modo de transporte.
