Carles Puigdemont, Alcalde de Girona, Presidente de la Comisión de Patrimonio Histórico-Cultural de la FEMP
Sin implicación humana los conjuntos monumentales son más un decorado que un patrimonio
Es un riesgo, y por otro lado es una presunta salida fácil para cuadrar presupuestos ante la cual deberíamos extremar la cautela. En realidad, si aceptamos la idea que el patrimonio histórico y cultural forma parte de la fuente de nuestro modelo socioeconómico deberíamos tratarlo como otras áreas cuya preservación nadie discute.
¿Cómo pueden arreglárselas en el medio rural, extenso, rico en patrimonio y pobre en recursos?
Los tiempos que vienen, y no sólo para los municipios más pequeños y con menos recursos, nos invitan a repensar modelos de gestión pública para tratar de conseguir la sostenibilidad del sistema. En realidad, debemos reconocer que si el medio rural ha conseguido mantener su patrimonio ha sido, sobre todo, gracias a los esfuerzos locales: instituciones y, especialmente, sociedad civil. En la fórmula del modelo futuro, la coparticipación e incluso la cogestión son conceptos que emergerán y ofrecerán posibilidades para gestionar mejor con menos recursos.
Por experiencia ¿los ciudadanos se implican en el mantenimiento y conservación de sus espacios y monumentos?
En general sí, porque los monumentos y espacios tienen algo que, por ejemplo, no tienen los polideportivos o piscinas: la gente los ama, los siente muy vinculados a su ser íntimo, se identifica con ellos y, en consecuencia, nota que forman parte de su personalidad individual y colectiva. Luego hay, claro, grados de implicación. Pero incluso la más leve de ellas revela una vinculación y un compromiso entre el ciudadano y el monumento que debemos reconocer y aprovechar.
En términos económicos y sociales ¿qué aporta a un municipio su patrimonio histórico y artístico?
Este sería un estudio que cada territorio debería encargar a su Universidad de referencia, no sólo para poner en valor el patrimonio propio y poder diseñar políticas para su promoción, sino para combatir el apriorismo injusto con el que se juzga a veces la inversión pública (y privada) en el mantenimiento, preservación y recuperación del patrimonio. ¿Qué parte de nuestro PIB, que ocupabilidad, qué movimiento económico genera nuestro patrimonio? Yo creo que los resultados de estos estudios sorprenderían y combatirían con información los tópicos instalados en cierta opinión pública.
Girona, su ciudad, es rica en patrimonio. Si se hace un balance entre lo que cuesta y lo que reporta ¿Cuál es el resultado?
El resultado es un beneficio neto, sin lugar a dudas. Y no sólo en términos estrictamente patrimoniales sino, en bienestar social, en cifra de negocios del sector servicios, etc. En la imagen de una marca hay asociados una serie de elementos que trabajan a su favor (o a su contra); en la marca “Girona” hay un valor extraordinario que viene aportado por su legado patrimonial, histórico y artístico.
Si pudiese “importar” a su territorio algún monumento ¿Cuál sería?
Soy muy ecléctico y en general “importaría” cosas de casi todos los territorios que conozco. Cuando visito una ciudad lo hago con ojos muy abiertos a aprender y admirar. No importa la tradición, ni la riqueza: importa la implicación humana, que es lo que da valor a un patrimonio. Sin alma, sin esta implicación, los conjuntos monumentales se asemejan más a un decorado que a un patrimonio. El patrimonio debe ser vivido, y por eso, cuando en cualquier lugar hay ejemplos, modelos, experiencias que muestran con orgullo ese “patrimonio vivido”, me quito el sombrero y me dispongo a admirar… y, si cabe, a importar. ¡Claro que hay que “importar” en el buen sentido de la expresión! Aprender de quién te pueda enseñar para mejorar tu ciudad es una premisa esencial para hacer política local.
Personal....
Su primer reto….
Conseguir vestir y que tomen el desayuno mis dos hijas, aún muy pequeñas, en tiempo récord.
¿A quién admira?
Al padre y a la madre que se sacrifican diariamente por sus hijos
¿Cuáles son sus héroes en la vida real?
Estos mismos padres y madres
¿De qué se arrepiente?
De haber conducido a demasiada velocidad.
¿De qué está más orgulloso?
De haber aprendido de todo el mundo, incluso de adversarios.
¿Por qué lucharía y hasta moriría?
Sin duda, por mis hijas.
Cuando no trabaja…
Buceo por las hemerotecas digitales
¿Pecado confesable?
Chocolate negro
Si no fuera Alcalde…
Continuaría siendo periodista, que también me apasiona.
Carles Puigdemont