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27 Noviembre 2024

Joan Clos, Director Ejecutivo de ONU Habitat: “Las ciudades, bien urbanizadas, aceleran la prosperidad y el desarrollo”

La urbanización y el desarrollo son conceptos inseparables, y así lo asegura quién, sin duda, es uno de los mejores conocedores del peso de las actuaciones urbanas sobre las condiciones de vida de los pueblos. Desde Nairobi (Kenia), sede del Programa ONU-Hábitat, que dirige desde octubre de 2010, este médico que fue Alcalde de Barcelona y también Ministro, acerca con su entrevista los retos que para las sociedades y sus gobernantes representa la adecuada planificación de los asentamientos humanos y la próxima e ineludible cita de Habitat III.



Cerca del 55% de la población mundial vive en grandes ciudades, y en 2030, ese porcentaje será del 66%. ¿Cómo se digieren estas cifras cuando se trata de ofrecer condiciones de vida y servicios dignos?

Efectivamente, asistimos a un momento sin precedentes en la historia de la humanidad, donde el crecimiento exponencial de la población en y hacia las ciudades se ha convertido en una tendencia global. Las cifras son muy reveladoras si tenemos en cuenta que a principios del siglo XX, sólo el 20% de la población habitaba en ciudades mientras que hoy en día esta cifra se ha duplicado, y las previsiones para los próximos 15 años auguran que se va a triplicar. El desafío no es por tanto menor si tenemos en cuenta que en 2030 se estima que más de 3.000 millones de personas van a habitar mayoritariamente en países emergentes y en vías de desarrollo.

Con estas previsiones, no es sorprendente que la urbanización se haya consolidado como uno de los pilares de la nueva agenda de desarrollo de la ONU para los próximas dos décadas. Por primera vez en la historia del desarrollo, la urbanización es analizada como un instrumento clave para el desarrollo y la prosperidad económica y social de las naciones. La clave está en planificar y diseñar bien una urbanización capaz de generar unas condiciones de vida dignas para los ciudadanos. Este tema será estrictamente analizado en Habitat III, la siguiente gran cumbre de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano, que se va a celebrar en la ciudad de Quito en octubre de este año.

¿Qué es lo que lleva a las grandes masas de población a las ciudades?

La búsqueda de oportunidades laborales y académicas (universidades) y en términos generales, mejores condiciones de vida, es lo que ha llevado a millones de personas trasladarse a las ciudades. Las ciudades, desde el inicio de las polis griegas, han sido siempre una fuente de innovación y creatividad. Las ciudades generan el 80% del total de los nuevos empleos y contribuyen con más del 70% del PIB mundial.

Ahora bien, aquí tenemos que hacer un matiz entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo. En los primeros el porcentaje de la urbanización está estabilizado, con una media del 75% de la población urbanizada. Son los países en vías de desarrollo y los emergentes los que en los próximos años van a tener que hospedar a millones de personas. Uno de nuestros objetivos principales en ONU-Hábitat es prevenir los problemas ya existentes de la urbanización desestructurada y asesorar a los Gobiernos de estos países para planificar bien estos procesos masivos de emigración hacia las ciudades. Una urbanización bien planificada y diseñada es garantía de prosperidad social, económica y medioambiental.

Tampoco podemos olvidar que en muchas partes del mundo afectadas por conflictos sanguinarios, millones de personas huyen a las ciudades en búsqueda de mayor seguridad. Los fenómenos migratorios que estamos viviendo hoy en Europa están íntimamente vinculados a este tema.

¿Cómo actuar ante fenómenos como las “bidonvilles” y avanzar hacia modelos más integradores?

La urbanización y la vida en las ciudades es uno de los procesos de socialización más importantes en la vida del ser humano y está íntimamente ligada al desarrollo social. Uno de los principales problemas que sufren los ciudadanos y las ciudades es el de las “bidonvilles” o asentamientos informales. Esto es consecuencia de la falta de planeamiento urbano básico que da lugar a la proliferación de una urbanización espontánea y deficiente que destruye el valor de la urbanización y la calidad de vida de las personas en vez de crearlo. Entre otros aspectos, esto se debe a la carencia de servicios públicos básicos como el agua potable, la electricidad, el saneamiento y a la falta de espacio público. Este último aspecto es esencial y una buena urbanización debe dotar el 50% del terreno a espacios públicos, incluyendo carreteras, calles y espacios verdes, mientras que el otro 50% debe estar dedicado a las zonas urbanizables.

La carencia de estos elementos básicos ha dado lugar a que hoy en día siga habiendo 1.000 millones de personas que viven en barrios urbanos informales, 2.500 millones que no tienen acceso a la sanidad y alrededor de 1.200 millones que carecen de agua potable en sus hogares. Atajar estos problemas desde su raíz a través de una buena urbanización, contribuirá al desarrollo social de nuestra sociedad.

Ciudades sostenibles y poblados humanos inclusivos, seguros y resilientes:Objetivo número 11 para un Desarrollo Sostenible ¿Qué caminos es preciso seguir para alcanzarlo con éxito?

El objetivo 11 de la nueva agenda 2030 es uno de los grandes reconocimientos hacia la urbanización como fuente de desarrollo y elemento transformador de las sociedades. Es una extraordinaria noticia que el mundo haya comprendido que una buena urbanización contribuye al desarrollo económico, social y medioambiental. La principal tarea es indagar qué estrategias conducen a la “buena” urbanización, y cuáles son las políticas que previenen la urbanización desestructurada económica, social y ambientalmente. En ONU-Habitat llevamos más de 40 años dedicados al estudio de estos temas, que serán analizados con rigor en Hábitat III.

En nuestro análisis actual, el camino que recomendamos a los gobiernos nacionales y locales para alcanzar con éxito este objetivo destacamos tres columnas constituyentes de lo que denominamos como urbanización sostenible.

En primer lugar su estructura legal y regulatoria. Un marco regulatorio coherente, transparente y aplicado sin excepciones es imprescindible si se pretende atraer de forma continuada inversión financiera. Es igualmente necesario que los gobiernos nacionales dispongan de políticas nacionales urbanas: el “abc” de la urbanización. En ONU-Habitat disponemos de una larga trayectoria en ofrecer asesoramiento técnico a todos los países en esta área.

En segundo lugar hace falta un planeamiento urbano básico para conducir el proceso de crecimiento de manera ordenada, a través de la dotación de espacio público correspondiente que he mencionado anteriormente entre otros aspectos, que en definitiva alimenta la prosperidad económica, el desarrollo social y la sustentabilidad ambiental.

Y en tercer lugar, y para que una buena urbanización obtenga sus resultados óptimos, es necesario un modelo financiero y económico que garantice la sostenibilidad de las inversiones mínimas y el mantenimiento de las infraestructuras básicas.

¿Qué papel juega el diseño urbano en la consecución de estos objetivos?

Juega un papel clave. Teniendo en cuenta la rapidez con que los procesos de urbanización se están llevando a cabo, el diseño urbano es elemental ya que si se dan fallos estructurales en su diseño, no da tiempo a corregirlos y el coste de rectificarlos es astronómico. Esta evidencia justifica una nueva aproximación a la urbanización, una nueva agenda urbana, que evite por lo menos los problemas estructurales que pueden prevenirse. 

Las ciudades son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero y las áreas más afectadas por la contaminación ¿Qué peso tiene la sostenibilidad ambiental sobre el desarrollo urbano y humano?

Las ciudades albergan las mayores emisiones pero son igualmente las principales responsables en la solución de las consecuencias devastadoras del cambio climático. Las cuestiones ambientales tenemos que atajarlas con contundencia desde las ciudades si queremos un mundo mejor y sostenible para todos. La cumbre de cambio climático de París, COP 21, ha conseguido un compromiso sin precedentes en la reducción de emisiones y en mantener la temperatura del planeta en el objetivo de los 2ºC a través de compromisos financieros importantes.

Hábitat III será el siguiente gran evento internacional tras la COP21 donde aspiramos a lograr un acuerdo global en materia de urbanismo que contribuya a erradicar el coste ambiental inadmisible que ha resultado del modelo de urbanización de las últimas dos décadas. La Nueva Agenda Urbana tiene un componente esencial medioambiental que aspira a reducir las emisiones y que invierte en una urbanización ecológica y respetuosa con el medio ambiente.

Ciudades que no exijan a sus habitantes grandes desplazamientos, construcciones eficaces desde el punto de vista del consumo energético…¿son puntos tenidos en cuenta adecuadamente en los planeamientos urbanos actuales?

La inversión en medios de transporte ecológicos y respetuosos con el medio ambiente al igual que en construcciones eficaces desde el punto de vista energético deben ser ya prioridades sine qua non. No hay que olvidar que un tercio de las emisiones de gas efecto invernadero provienen del sector de la construcción y del transporte. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 1,3 millones fallecen al año por los efectos del cambio climático. Hay estudios científicos que demuestran que los fallecimientos causados por el calor pueden llegar a incrementarse en casi un 50% en relación a la década de los ‘80 del siglo pasado.

Entre el 17 y el 20 de octubre de 2016 se celebra en Quito la Conferencia Hábitat III bajo lemas como “El poder transformador de la urbanización”. ¿Ese poder es real y “ejecutable”?

Hábitat III es la conferencia de Naciones Unidas dedicada a analizar los últimos 20 años de urbanización en el mundo y a marcar el rumbo de una Nueva Agenda Urbana para las siguientes décadas y tiene como objetivo sentar las bases de esta oportunidad histórica a través de un modelo de desarrollo urbano sostenible que integre la equidad, el bienestar y la prosperidad compartida.

La historia moderna nos explica cómo la urbanización, bien hecha, es una gran fuente de reducción de pobreza. La urbanización y el desarrollo son conceptos inseparables, y es urgente la necesidad de compartir un nuevo paradigma urbano que garantice el crecimiento de forma sostenible. Se trata efectivamente de ese poder transformador de una urbanización bien planificada y diseñada que es real y ejecutable. Las ciudades, cuando están bien planeadas y manejadas, son aceleradores de prosperidad y desarrollo.

Llevamos varios meses preparando la conferencia y estamos contando con una participación muy activa de los gobiernos nacionales, quienes están detrás de la elaboración de la nueva Agenda. Pero el proceso se caracteriza por la inclusión y la participación activa de todos los actores fundamentales en los procesos de urbanización tales como los gobiernos sub-nacionales y locales, y grupos y organizaciones de la sociedad civil.

¿Qué puntos ineludibles figuran en la Nueva Agenda Urbana?

 

La Nueva Agenda Urbana, o lo que podemos considerar como el nuevo modelo de desarrollo urbano sostenible fruto de la Conferencia Hábitat III, se centra en examinar cuáles son las estrategias que propician una buena urbanización y cuáles son las políticas que previenen una urbanización desestructurada económica, social y ambientalmente.

En este análisis destacan los tres ejes cardinales de la urbanización que mencioné anteriormente: la estructura legal y regulatoria, el buen planeamiento urbano y la sostenibilidad de un modelo económico y financiero.

Para tratar estos tres aspectos fundamentales nos basamos en seis áreas de trabajo que engloban todos los puntos esenciales para la elaboración de un nuevo modelo urbano: la cohesión social y la equidad; los marcos urbanos en legislación y gobernanza; el desarrollo espacial; la economía urbana; la ecología y el medioambiente urbano; y los servicios básicos y la vivienda.

¿Dónde han de centrar las ciudades sus exigencias y demandas a los Gobiernos nacionales?

La transformación urbana y el cambio hacia un modelo de desarrollo urbano sostenible es únicamente posible a través del compromiso de los gobiernos nacionales; los gobiernos locales y regionales; y el conjunto de la sociedad civil.

En concreto, el desarrollo de una política nacional urbana es un paso fundamental para reafirmar el espacio urbano y su territorialidad. Las políticas nacionales cumplen tarea de coordinación general en las cuestiones más urgentes, incluyendo la prevención y la regularización de asentamientos precarios, el acceso a suelo, servicios básicos e infraestructura, legislación urbana, delegación de autoridad a gobiernos sub-nacionales y locales, flujos financieros, normativa urbanística, movilidad urbana y requisitos para la energía urbana, así como la creación de empleo.

Joan Clos, Director Ejecutivo de ONU-Habitat ha sido el Alcalde de una gran ciudad mediterránea y europea, ha estado comprometido con el asociacionismo municipal y también ha sido Ministro ¿Perfil adecuado para asumir la Dirección Ejecutiva de Hábitat?

Creo que realmente el perfil es adecuado ya que para enfrentarse con los problemas de la mejora de la urbanización, es imprescindible una buena colaboración entre el gobierno local, encargado de la gestión, y el gobierno nacional, encargado de establecer el marco jurídico del funcionamiento de las Administraciones Locales. Actualmente esta colaboración es imprescindible si realmente queremos encauzar la gestión urbana con garantías de éxito. Mi experiencia como Alcalde y Ministro me ha dado una buena perspectiva para entender esta dualidad de funciones necesarias para el buen funcionamiento urbano.

¿Cuál considera que es el papel del regidor para hacer de su ciudad un espacio sostenible y habitable?

La responsabilidad democrática, el compromiso con un programa y la voluntad para llevarlo a cabo. El liderazgo para la transformación urbana es fundamental y la manera de legitimar el liderazgo es a través de una salud democrática, una transparencia y además una visión de innovación, que aporten atractivo y empuje a la transformación urbana.

¿Son suficientes mandatos de 4 ó 5 años para completar con éxito el emprendimiento de proyectos de sostenibilidad urbana?

En general la transformación urbana es un proceso de largo plazo. Más allá de la duración de los mandatos, lo que se requieren son estrategias a medio y a largo plazo que se pueden generar compartiendo las grandes líneas estratégicas de la transformación urbana con los diferentes actores sociales de la ciudad, ya sean la representación de los movimientos ciudadanos, la representación del sector privado. Es con los diferentes actores que confluyen en la gestión urbana con quién hay que establecer unas líneas a largo plazo para que las transformaciones que los diferentes gobiernos locales puedan hacer, tengan una coherencia básica a medio y largo plazo.

 
Joan Clos

Joan Clos

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