Así lo ha decido el Comité de Selección de la V edición del concurso de Buenas Prácticas que convocan la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y la FEMP, tras valorar los 27 proyectos presentados.
Además de los mencionados antes, que obtuvieron la mayor puntuación, otros proyectos, como los de la Diputación de Huelva y el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet, han sido seleccionados también dentro de la categoría de estrategias y planes de prevención. Así como los de Las Palmas de Gran Canaria y Mairena de Aljarafe, en el área temática de prevención escolar.
Los de Medina del Campo y Pozuelo de Alarcón destacaron también en la categoría de prevención comunitaria, así como el de El Ejido en el apartado de prevención familiar.
La resolución de esta convocatoria da cumplimiento a lo dispuesto en la cláusula quinta del Convenio Marco de Colaboración entre la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y la Federación Española de Municipios y Provincias, firmado el día 23 de noviembre de 2001, que incluye una subvención nominativa del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a la FEMP, destinada a desarrollar actuaciones sobre drogodependencias en el ámbito local durante el año 2014”.
La Convocatoria de Buenas Prácticas es un espacio de identificación y divulgación de aquellos proyectos realizados por las Entidades Locales en el campo de las drogodependencias que encarnan buenas prácticas, en busca de una mejora de la calidad de las estrategias de intervención. Del mismo modo, por lo que supone de herramienta que favorece el intercambio de experiencias en los diversos ámbitos de actuación: escolar, familiar, comunitaria e innovación tecnológica.
Indicadores básicos
Los organizadores de esta iniciativa consideran que desarrollar una acción preventiva de calidad en materia de lucha contra la drogodependencia supone, entre otras posibles cuestiones, estructurar espacios flexibles que permitan el trabajo en red, la reflexión conjunta, la publicación de experiencias exitosas de intervención o la puesta en común de estrategias e ideas ligadas a la acción preventiva.
Por ello, los indicadores básicos para determinar las buenas prácticas contemplan el iimpacto de las mejoras en los hábitos más saludables de vida de la población en general; la coordinación con las distintas Administraciones y entidades públicas y privadas; o la sostenibilidad de las acciones planteadas.
Asimismo, se tienen en cuenta otros indicadores como el fortalecimiento de la comunidad, a través de iniciativas que inspiren actividades innovadoras o el fortalecimiento de la participación vecinal; la innovación, la evaluación, la metodología de trabajo y la planificación y desarrollo integral desde las distintas áreas municipales. Por último, se valoran los programas con un enfoque transversal de género.