FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

24 Diciembre 2024

Un Alcalde es un ama de casa en su sentido más amplio

María Galiana (Sevilla, mayo de 1935), Licenciada en Filosofía y Letras e Historia, ejerció hasta el año 2000 como profesora de Historia del Arte en diversos Institutos. Ese mismo año, su papel de Rosa, en la película “Solas”, de Benito Zambrano, le valía el Goya a la Mejor Actriz. En el cine, y antes de ese Goya, ya había trabajado con Trueba, José Luis García Sánchez, Gutiérrez Aragón, Vicente Aranda, Jaime de Armiñán o Pedro Olea; después, ha intervenido en filmes como Tapas, Plenilunio, Fugitivos y, este año 2011, en “Los muertos no se tocan nene”. Pero, seguramente, el papel que la ha convertido en abuela de España ha sido el de Herminia, la abuela de la familia Alcántara en la serie “Cuéntame” por el que, además, ha sido reconocida varias veces como “Mejor Actriz de Televisión”. Por “Solas” también recibió un Premio Ondas, una Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos, y fue reconocida como Mejor Actriz en el Festival de Tokio, entre otros. En 2004 recibió la Medalla del Mérito a las Bellas Artes.



¿Cómo se lleva ser “la abuela de España”?

Un poco como una alegría y un poquito como una carga, porque hay momentos en los que una está muy satisfecha y otros en los que te gustaría pasar más desapercibida, pero, en general, se lleva muy bien.

 

Herminia, su personaje de “Cuéntame”, o Rosa, la madre de “Solas” son mujeres luchadoras, esforzadas en un marco de adversidades ¿Esas mujeres tienen algo en común con María Galiana?

Muchísimo. Yo no he tenido una vida especialmente fácil –ni tampoco muy difícil-. Nací cuando la Guerra Civil estaba en marcha. La posguerra no la recuerdo como una época especialmente dura, porque los niños pequeños estábamos muy al margen, pero sí recuerdo momentos de privaciones, había que ajustarse mucho el cinturón; recuerdo una infancia contenta, pero muy estrecha. En general, vivir comporta lucha y yo no he tenido una vida regalada, pero me ha encantado hacer lo que he hecho; me ha encantado hacer oposiciones –sobre todo ganarlas…-, me ha gustado muchísimo estudiar, mucho mi trabajo, tirar para adelante con los cinco hijos, afrontar dificultades normales para tener las necesidades cubiertas. Creo que he llevado una vida muy común en la gente de nuestro país.

 

¿Esos personajes la han marcado “de por vida” para un tipo de perfil interpretativo?

Un poco, y no me hace mucha gracia. Entiendo muy bien a esos dos personajes, y ese entendimiento supone una adecuación de la persona al personaje, hasta el punto de que ante el público puede llegar a parecer que yo soy así, y no es cierto; no soy sumisa; en realidad soy infinitamente más rebelde. Pero me relacionan mucho con el personaje. ¡Qué le vamos a hacer! Si me han salido bien, pues bendita sea mi alma…

 

Interpretación o docencia ¿Qué pesa más en la vida de María Galiana?

La docencia ha sido mi vocación, he sido enseñante vocacional; mis clases han sido mi trabajo, lo que más me ha gustado. En circunstancias de mucha contrariedad o de sufrimiento personal, la enseñanza ha sido un refugio; coger mi coche por la mañana e irme al instituto hasta Dos Hermanas o a Sevilla, era una liberación, se me olvidaba todo lo malo. Me he realizado en la enseñanza. La interpretación es un disfrute, muy grande, pero vocación de actriz no me veo, la verdad. Ahora me preguntan que “y si te hubieses dedicado a la tarea de la interpretación”… digo que no. No es nuevo para mí saber que soy buena actriz -ya me lo decían en la Universidad, sabía que servía-, pero no se me pasó por la cabeza dedicarme a ello…

 

¿Que le sugiere la palabra “jubilación”?

Alegría, ganas de vivir, inicio de otra vida diferente

 

¿Y “maestra”?

Realización como persona

 

¿”Familia”?

Los que me acompañan, los que me quieren, los que me quitan todas las penas

 

¿”Mujeres”?

Huy… las sufridoras del mundo

 

Un día, al despertar, es Alcaldesa ¿qué haría?

Lo primero, investigar cómo funciona esa “casa” que tengo que gobernar, porque un Alcalde es, el sentido más amplio de la palabra, un “ama de casa”, la persona que gobierna la gran familia que es su pueblo o su ciudad, la que ha de preocuparse de si se recogen las basuras o de cómo emplear mejor el dinero para que aquello funcione mejor para todos. Creo que sería una buena “ama de casa”, administradora, una buena proveedora del bienestar de la gente que está a mi cargo. Lo llevaría como en mi familia: la casa bien limpia, bien organizada, y yendo a los supermercados más baratos a comprar, sin lujos, viviendo en mi casa de siempre y sin coche oficial.

 
María Galiana, Actriz

María Galiana, Actriz

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