Este Informe, presentado recientemente, muestra, además, que el descenso en emisión de gases de efecto invernadero o en generación de residuos –indicadores con evolución favorable-, ha sido consecuencia, en buena parte, de la crisis económica, y que los valores alcanzados se encuentran aun lejos de las medias europeas.
La recesión económica ha sido, curiosamente, un factor decisivo en la sostenibilidad ambiental a lo largo de 2009 y, a juicio de los expertos que han elaborado el Informe “Sostenibilidad en España 2009: Atlas”, debería aprovecharse para crear un modelo de progreso sostenible que nos alejase de los riesgos de nuevas crisis en el futuro. Así lo manifestó el Director Ejecutivo del OSE, Luis Jiménez Herrero, durante la presentación del Informe, en presencia de la Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, con la que coincidió en señalar que “las políticas ambientales son las políticas económicas más inteligentes para superar las fases recesivas y marcar la dirección del progreso sostenible” y, en consecuencia, en apostar por un nuevo modelo económico y productivo.
Y es que en 2009 la situación medioambiental española mejoró, de hecho, en el conjunto de indicadores estrictamente ambientales, casi la mitad ha mostrado una evolución favorable; sin embargo, no es suficiente. El Informe, que ha tomado en consideración 165 indicadores para evaluar, muestra resultados negativos para 95 de ellos, calificados con un “situación actual desfavorable” y destaca que otros 29 se encuentran en “situación no definida o difícil de evaluar”.
De forma más concreta, la emisión de gases de efecto invernadero se redujo, mejoraron cuestiones como la eficiencia energética o la generación de residuos y hubo un avance significativo de las energías renovables; no se puede decir lo mismo, sin embargo, de las aguas subterráneas y se incide en la necesidad e aumentar el número de áreas protegidas, entre otras muchas cuestiones que el informe evalúa con detalle.
La conclusión final recogida en el informe es que resulta necesario cambiar el modelo de crecimiento y apostar por una economía sostenible en la que estén integrados aspectos socieconómicos, ambientales y globales que, además, facilitarían la salida de la crisis (ver cuadro).
La sostenibilidad, desde todas las perspectivas
El Informe, que puede consultarse y descargarse en la web del OSE (www.sostenibilidad-es.org), está estructurado en 26 capítulos organizados en seis bloques que corresponden a las dimensiones de sostenibilidad analizadas en el informe y que agrupan los 165 indicadores analizados. Esos seis bloques son, en primer lugar, la Dimensión Económica, en el que se ha analizado la situación del PIB, la estructura económica del país, consumo, dependencia energética y situación de los diferentes sectores económicos. El segundo bloque, Dimensión social, ha repasado cuestiones como la cohesión social, los retos de salud y educación, y situación demográfica, entre otros temas. La Dimensión Ambiental-Territorial, por su parte, se ha centrado en la gestión del agua, calidad del aire, movilidad y cambio global y, por primera vez, se ha evaluado la situación de la ordenación del territorio, la planificación urbanística y la accesibilidad proporcionada por la red de infraestructuras.
El cuatro bloque corresponde a la dimensión institucional, que se ha dedicado al análisis de los avances en responsabilidad social empresarial; el quinto, a la dimensión cultural, y ha sido el marco para estudiar la industria cultural evaluando la el empleo, financiación y gasto público en cultura, turismo cultural o gasto de los hogares españoles en cultura. La Dimensión global ha sido objeto de los contenidos del último bloque; en este caso, los indicadores evalúan el compromiso con el desarrollo sostenible a escala global y analizan la Ayuda Oficial al desarrollo y la globalización del comercio.
El Informe incluye también una “evaluación integrada”, que es un documento de síntesis en el que se analizan las interrelaciones entre los indicadores y en el que también se estudian la actual situación de crisis, la necesidad de un cambio en el modelo productivo y la necesidad de una nueva economía sostenible-.
Menos actividad económica y riesgo social
En 2009 disminuyeron las presiones ambientales más fuertes asociadas al modelo de desarrollo español, como la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) o los procesos urbanísticos relacionados con las viviendas ya iniciadas.
En concreto, las emisiones de GEI bajaron un 8% en 2008, y podrían haber alcanzado el 10% en 2009, como consecuencia de la reducción en el consumo de energía y de la intensidad energética de la economía, que permite mejoras en la competitividad, con mayor participación de las energías renovables.
En cuanto a la construcción, fue el sector económico que experimentó mayor descenso –pese a que persisten las dificultades de acceso a la vivienda- y el que registró más caída de peso económico en el PIB (pasó del 12,3% en 2007 al 10% en 2009), aunque aun duplica la media de la UE-27 en este aspecto. El peso económico de la agricultura y la ganadería también cayó; son embargo se observaron mejoras muy destacables en agricultura y ganadería ecológicas al aumentar las explotaciones de ambas. La industria tampoco mostró mejoras destacables.
Dimensión ambiental-territorial
La ordenación del territorio el informe muestra que no se ha consolidado adecuadamente, no ha desarrollado los instrumentos necesarios para llevarse a cabo; en materia de planeamiento urbanístico, aunque la mayoría de los Ayuntamientos cuentan con planes, muchos de ellos están redactados conforme a leyes de suelo anteriores –por razones obvias ya que la ley vigente es de 2007 y el texto refundido, de 2008-, e incluso hay algunos que todavía no tienen delimitación de suelo.
En materia de transporte, los costes externos siguen siendo elevados –se estima que pueden alcanzar alrededor del 7% del PIB, ligeramente por debajo de la media europea-, aunque una parte importante de ellos, concretamente la referida a accidentes, se ha reducido por cuarto año consecutivo.
Por lo que se refiere a calidad ambiental, la contracción del consumo ha venido acompañada de una mejora en la gestión de los residuos y también de las tasas de reciclaje (mejoran los datos de reciclado de papel y cartón, vidrio y plásticos.
El términos absolutos, la calidad del aire ha mejorado, aunque esta evolución no siempre es satisfactoria en ciudades grandes y medianas; de hecho, persiste aun un amplio porcentaje de población expuesta a niveles de contaminación con riesgo para su salud.
En cuanto al agua, su utilización y gestión siguen constituyendo un desafío para España, aunque el informe muestra que el uso se va haciendo cada vez más racional y eficiente en consumo doméstico, una mejora que no se percibe tanto en el uso agrícola. Paralelamente, se detecta una mejora en la calidad de las aguas de baño.
Por lo que respecta a energía, cambio climático y biodiversidad, los resultados que ofrece el informe son, en términos generales, más favorables. Así, el consumo de energía disminuyó ya en 2008 por el incremento de los precios; posteriormente, la crisis económica acentuó la caída de la demanda; en consecuencia, se vivió una fuerte mejora de la eficiencia energética, lo que sirvió como apoyo en la lucha contra el cambio climático.
El aumento en nuestro país de las energías renovables y su importancia cada día más creciente en el abastecimiento energético, permitió en España reducir la factura de petróleo y también las emisiones de GEI. Estas emisiones también se vieron reducidas en el sector eléctrico y en el transporte. El resultado, en lo que a desviación de temperatura se refiere, no fueron muy acusadas.
En el capítulo de biodiversidad el informe constata que es necesaria una mayor protección de ámbito nacional de las especies silvestres amenazadas. Si se excluyen los mamíferos terrestres, el porcentaje de especies amenazadas incluidas en el Catálogo Español varía entre el 10 y el 35%: en el caso de la flora vascular es del 10%; las cifras de peces (25%) y anfibios (18%) resultan altas para las necesidades de conservación de estos grupos, entre los que se cuentan gran número de endemismos. Aves y reptiles presentan una tercera parte de sus taxones amenazados.
Sostenibilidad empresarial y gobernanza
El Informe señala la evolución positiva experimentada por la compra pública responsable en los últimos años, hasta el punto de que los criterios sociales y ambientales ya son cuestiones de inclusión habitual en los pliegos de contratación de las Administraciones Públicas.
Por otro lado, cada día son más los centros de trabajo que cuentan con el certificado de calidad ambiental, especialmente en los sectores servicios y hostelería, y en las Comunidades Autónomas de Cataluña y Madrid; actualmente con 1.235 los centros certificados, cifra que sitúa España en posiciones avanzadas en Europa. Paralelamente, las empresas van aumentando su inversión en protección ambiental y desde la Administración se abren diligencias por infracciones ambientales que acaban motivando sentencias en este ámbito.
Los procesos de gobernanza, indica el informe, presentan también una evolución favorable, con avances en los procesos de participación social y servicios de administración más eficientes mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Finalmente, en el capítulo de Sostenibilidad global, se reconoce que, pese a la crisis, la Ayuda Oficial al Desarrollo sigue creciendo y manteniendo un compromiso continuado por la sostenibilidad; parece que en 2009 esta Ayuda podría haber aumentado hasta el 0.5% en nuestro país.