FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS
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La fuerza del municipalismo
No es una victoria porque no recibimos nada que no sea nuestro, que no hayamos ganado con nuestro esfuerzo, con nuestra gestión, con nuestra eficiencia, y con nuestra cercanía a los ciudadanos, que es tal, que podríamos calificarla como complicidad total, de nosotros hacia ellos, y de ellos con nosotros.
Pero sí es una victoria, rotundamente lo hemos de decir, porque hemos demostrado, de nuevo la fuerza, el poder, el músculo del municipalismo. En conjunto, sin colores políticos, uniéndonos todos. Porque es innegable e indiscutible que cuando, cansados de esperar, anunciamos -sólo el anuncio- que íbamos a celebrar una cumbre local para exigir poder usar lo que es nuestro y de nuestros ciudadanos, como son los miles de millones de nuestro superávit, nuestros ahorros, fue entonces cuando, tras meses de silencio, el Gobierno reaccionó y nos convocó con urgencia para decirnos sí, para reconocer que, una vez más, la razón estaba de nuestra parte.
No es una victoria que nos permitan invertir nuestro superávit, porque es nuestro; pero sí es una victoria porque debido a que estamos juntos todos los Alcaldes y Alcaldesas, sí vamos a poder usar esos más de 5.000 millones de euros. Es el primer resultado de la fuerza del municipalismo. Y eso nos tiene que enorgullecer y nos debe permitir presumir, junto con nuestros vecinos, nuestros ciudadanos, del poder del Poder Local. Hemos vuelto a hacerlo, y al igual que ya ocurrió con la pobreza energética, la despoblación o la economía circular, que pusimos en la agenda política nacional, e incluso en la europea, exactamente igual acabamos de hacer con el municipalismo: lo hemos encajado en la agenda política, hemos hecho que nos miren, más que nos vean; que se nos tenga en cuenta; que se nos escuche, más que se nos oiga y que se nos atienda de igual a igual.
No es una victoria pero sí es una victoria. Y para que lo sea en plenitud debemos seguir proactivos y a la vez vigilantes, todos juntos, para que se cumplan antes de que termine marzo los acuerdos y compromisos adquiridos por el Gobierno en reinversión del superávit, sin limitaciones, porque todas nuestras inversiones son sostenibles tal y como llevamos haciendo y demostrando en el último lustro, para conseguir fehacientemente que los ciudadanos dispongan de nuevos servicios y de mejoras en su calidad de vida.
El poder, la fuerza del municipalismo se ha hecho presente, de nuevo. Esto no ha hecho más que comenzar.
Felicidades a todos y todas, gracias a todos y todas.
No es una victoria que nos permitan invertir nuestro superávit, porque es nuestro; pero sí es una victoria porque debido a que estamos juntos todos los Alcaldes y Alcaldesas, sí vamos a poder usar esos más de 5.000 millones de euros. Es el primer resultado de la fuerza del municipalismo. Y eso nos tiene que enorgullecer y nos debe permitir presumir, junto con nuestros vecinos, nuestros ciudadanos, del poder del Poder Local. Hemos vuelto a hacerlo, y al igual que ya ocurrió con la pobreza energética, la despoblación o la economía circular, que pusimos en la agenda política nacional, e incluso en la europea, exactamente igual acabamos de hacer con el municipalismo: lo hemos encajado en la agenda política, hemos hecho que nos miren, más que nos vean; que se nos tenga en cuenta; que se nos escuche, más que se nos oiga y que se nos atienda de igual a igual.
No es una victoria pero sí es una victoria. Y para que lo sea en plenitud debemos seguir proactivos y a la vez vigilantes, todos juntos, para que se cumplan antes de que termine marzo los acuerdos y compromisos adquiridos por el Gobierno en reinversión del superávit, sin limitaciones, porque todas nuestras inversiones son sostenibles tal y como llevamos haciendo y demostrando en el último lustro, para conseguir fehacientemente que los ciudadanos dispongan de nuevos servicios y de mejoras en su calidad de vida.
El poder, la fuerza del municipalismo se ha hecho presente, de nuevo. Esto no ha hecho más que comenzar.
Felicidades a todos y todas, gracias a todos y todas.
