Enrique y Ronald fueron los nombres propios más mencionados aquel mes de marzo de 1981 en el que el precio de la gasolina se disparó a las 68 pesetas/litro y 1.600.000 españoles estaban inscritos en el paro.
Junio aún no asomaba por el horizonte, pero sí el barrio malagueño de Torremolinos donde nacerá la FEMP (ya creada administrativamente), donde se celebraría la Asamblea Constituyente. Aquel marzo, a tres meses vista, la Comisión Gestora estaba enfrascada (con el Secretario General, Domingo Ferreiro, al frente) en el envío de información y recepción de adhesiones y confirmaciones de asistencia.
De esos preparativos sólo los interesados hablaban entonces; lo que iba de boca en boca de la mayoría aquellos días de marzo eran los nombres de (Enrique Castro), “Quini”, y (Ronald) Reagan. Noticia de portada ambos en varios momentos, el primero por haber sido secuestrado y después, rescate por medio, liberado; y el segundo, por la bala que le extrajeron del pulmón izquierdo tras entrar rozándole el corazón en el atentado que sufrió el 30 de marzo a la salida del Hilton de Washington D.C.