Vías Verdes: yacimientos de empleo sostenible
La crisis no ha socavado empleos en la Vía Verde de la Sierra en la provincia de Cádiz y, de hecho, el número de empresas que prestan servicios en este sendero se ha incrementado desde el último trimestre de 2007, fecha en la que suele datarse el fin de la última etapa de crecimiento económico. En la actualidad 40 personas trabajan en las sociedades asentadas en esta ruta que comunica Olvera y Puerto Serrano. Es sólo un ejemplo de la capacidad potencial que encierran los 1.800 kilómetros de Vías Verdes diseminadas por toda España para promover el desarrollo económico sostenible en el medio rural.
Los 40 empleos de la Vía Verde de la Sierra están distribuidos en las tres estaciones con servicios de alojamiento y restauración, en dos empresas de alquiler y reparación de bicicletas, así como una firma dedicada al mantenimiento del trazado. Unos datos que revelan los “beneficios sociales y económicos” que reportan están iniciativas, según expresó recientemente la responsable del Programa de Vías Verdes de la Fundación de Ferrocarriles Españoles (FFE), Carmen Aycart, durante unas jornadas celebradas en Olvera, en el marco del programa nacional emprendido junto con la Fundación Biodiversidad, con la financiación del Fondo Social Europeo. El encuentro contó con la participación de la Diputación de Cádiz y la Fundación Vía Verde de la Sierra.
Las cifras de creación de empleo ligadas a las Vías Verdes tal vez parezcan pequeñas si las comparamos con otros datos macroeconómicos; pero hay que considerar que son puestos de trabajo que nacen en localidades poco diversificadas económicamente. En el caso de la Vía Verde de la Sierra de Cádiz hay decenas de empresas que, en sus facturaciones, se benefician del tránsito de turistas que recala en el camino entre Olvera y Puerto Serrano. Hostelería, servicios turísticos, hoteles y casas rurales, alimentación... son los sectores más beneficiados.
En materia de formación, también están reportando buenos resultados. Entre escuelas taller, talleres de empleo, casas de oficio e iniciativas similares, son más de 3.000 personas las que han adquirido formación especializada en oficios ligados al mantenimiento y gestión de las Vías Verdes.
Desde una perspectiva medioambiental, la Fundación Ferrocarriles Españoles ya trabaja en estos momentos en otra vertiente: la campaña Vías Verdes, Cero CO2. Según explicó Carmen Aycart, se trata de un medio para sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono y divulgar las Vías Verdes como alternativas de comunicación sin vehículos motorizados. La campaña se desarrollará hasta octubre de este año y pretende alcanzar los 30.000 participantes, en un recorrido de 7 millones de kilómetros por las diferentes Vías localizadas en España. Ese movimiento se traduce en 930 toneladas de CO2 que no se emitirán a la atmósfera. El portal www.viasverdes.com aloja una calculadora que precisa esta reducción de gases, en función del número de viandantes y ciclistas y los kilómetros recorridos.
Implicación local
En los próximos años, hasta 2020, habrá más de un millón de nuevos puestos vinculados a los ‘empleos verdes’, en sectores como la rehabilitación integrada, el turismo sostenible, o las tecnologías que facilitan la mitigación y la adaptación al cambio climático, a tenor de los datos manejados en el Informe sobre Empleo Verde en una Economía Sostenible, publicado recientemente por la Fundación Biodiversidad con el Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE). Uno de los yacimientos de este tipo de empleo encuentra su lugar en proyectos como los impulsados por la FFE. Además de generar empleos directos en torno a las 75 antiguas estaciones ferroviarias rehabilitadas para nuevos fines ecoturísticos, estimula indirectamente otras actividades empresariales del entorno, como la venta de productos gastronómicos y artesanales y servicios de transporte, además de promover en muchos casos procesos formativos entre la población local.
Uno de los aspectos claves para garantizar el éxito y viabilidad de una vía verde es la existencia de un órgano encargado de la gestión del itinerario desde el primer momento de su gestación, en el que están representados todos los agentes implicados, empezando por los Ayuntamientos y las Diputaciones, y los colectivos ciudadanos que puedan colaborar en cualquiera de las fases de desarrollo.
Otra de las claves es la búsqueda de la calidad, en cuanto al diseño, proyección y ejecución de las obras y, sobre todo, la existencia de un marco legislativo específico que permita regular el buen uso y la gestión de estas infraestructuras. Algunas experiencias han demostrado que es posible avanzar en la generación de una legislación específica sobre las vías verdes en la escala autonómica, provincial y municipal, pero el ámbito de aplicación es, en consecuencia, muy restringido.
Pese al avance registrado en los últimos años, los gestores de las diversas vías verdes demandan cada día con mayor urgencia la puesta en marcha de un marco legislativo de aplicación – preferiblemente en el ámbito estatal - para estas infraestructuras, que regulen su uso, protejan sus entornos de actuaciones indeseadas y delimiten infracciones y sanciones para los que incumplan estas reglas.
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