FEDERACION ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS

26 Agosto 2024

Josep Roig, Secretario General de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU): Municipios de todo el mundo están asumiendo mandatos sin recursos y responsabilidades sin competencias

El pasado 1 de septiembre Josep Roig iniciaba su andadura como Secretario General de la organización municipalista mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU).



Y empezaba con el difícil reto de impulsar el movimiento municipalista y reforzar el papel de las ciudades en un marco global de crisis económica y ante nuevos planteamientos y perspectivas en los sistemas de gobernanza. En este escenario, difícil y complejo, la organización que gestiona sigue apostando por la descentralización y recordando que es en las ciudades donde las sociedades pueden resolver sus crisis.
 
Recién incorporado a la Secretaría General de CGLU ¿Cuáles serán las principales líneas de trabajo de su mandato?
CGLU es la red global de los Gobiernos Locales y Regionales. Agrupamos a los gobiernos locales y a las redes y asociaciones de gobiernos locales y regionales que creen en la interrelación entre la gobernanza local y la global. Actuamos de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Queremos influir en la visión, en la estrategia y en las decisiones de los gobiernos nacionales y de las instituciones internacionales. Creemos, además, que las políticas globales pueden trasladarse a los gobiernos locales y a sus ciudadanos encontrando en este nivel algunas de las respuestas a los retos. El cambio climático es un claro ejemplo de ello; los retos globales requieren, al mismo tiempo, la actuación global y local.
CGLU debe impulsar esta red de redes para que sirva de canal de transmisión de ideas, conocimientos y políticas entre los Gobiernos Locales y los demás niveles de gobierno; sin olvidar, la necesidad de colaborar con otros actores globales, públicos y privados.
 
El movimiento municipalista ¿tiene peso efectivo en el orden sociopolítico mundial? ¿En qué ámbitos se percibe de manera más intensa?
El movimiento municipalista tiene un significativo peso en el orden sociopolítico mundial.
Lo primero que debemos reconocer es que nos encontramos en un momento de cambio en el sistema de gobernanza mundial que hemos establecido durante décadas. La ONU ha mostrado su déficit en los procesos de definición de un nuevo pacto climático mundial. La UE actualmente revela sus limitaciones en referencia a las deudas de los gobiernos nacionales y los sistemas financieros.   Nos encontramos además frente a  nuevas y complejas demandas como las planteadas por la “primavera árabe”, por las tecnologías de la información o por los cambios en los núcleos del poder económico con emergentes superpotencias.
Ante este marco difuso, aún de difícil descripción, vemos la necesidad de repensar el sistema de gobernanza para llegar a un sistema más participativo en la toma de decisiones y más inclusivo en la ejecución de las políticas y actividades.
Las ciudades y los gobiernos locales –unidos- han dado muestras de liderazgo en numerosos temas. Han sido las ciudades las que han recogido el reto de los científicos responsables del monitoreo del cambio climático y se han comprometido antes que las naciones a bajar sus huellas ambientales. Han sido los gobiernos locales los que defienden que el Internet es un Derecho Humano y buscan dar acceso a este servicio como lo hacen con el agua o la energía. Son las ciudades las que afirman que el desarrollo no sólo se compone de lo económico y de lo ambiental sino que también implica un respeto y promoción de la cultura. Son los gobiernos locales los que empiezan a reconocer el derecho a la ciudad como la expresión de los Derechos Humanos en el territorio en que habitan.
Estoy convencido que el movimiento municipalista tiene un espacio ganado por lo ya caminado y posee muchos mensajes innovadores que presentar.
 
En tiempos de crisis mundial ¿Qué papel están llamados a jugar municipios y ciudades?
Nuestra gran preocupación en CGLU es ver cómo las soluciones a la crisis pasan por una centralización en muchos países y recortes generalizados a las Administraciones Públicas.
Consideramos que los esfuerzos han de centrarse en asegurar que los servicios públicos lleguen a los ciudadanos, optimizando el uso de los recursos e inyectando capital al sistema productivo para generar crecimiento.
El papel de los ayuntamientos es clave en ambos casos. En lo primero, una eficaz descentralización política-administrativa-financiera ha de permitir que los servicios básicos lleguen a los ciudadanos. En el segundo caso, la  inyección de en obras de infraestructura locales es una de las pocas formas que tiene el Estado para brindar oportunidades de trabajo y fomentar un crecimiento económico.
 
¿Qué momento vive la democracia local en el mundo? ¿La descentralización avanza en su implantación o continúa siendo una “asignatura pendiente” en las agendas de los Gobiernos Nacionales de los Estados?
La democracia local va avanzando sin duda, pero queda mucho camino por recorrer.  Mucho nos gustaría decir que esta está generalizada en el mundo. Pero ni siquiera la democracia a nivel nacional es generalizada. Según el último informe del Economist Intelligence Unit solo en 26 países, de los 167 países en los que se hizo el estudio, se podría decir que gozan de una democracia plena - uno de ellos es España. Los otros 141 son democracias con fallas, sistemas híbridos o sistemas autoritarios. Sin embargo, en regiones como América Latina, los países que tenían gobiernos locales electos por elecciones universales pasaron de 3 hace 30 años a todos en la actualidad. En África, Asia y los países de Europa del Este la democracia local avanza –lentamente pero convencida- en su concepción y en su aplicación.
CGLU defiende la democracia local como principio, no como una dádiva de otras administraciones en términos de competencias sino  como un derecho que tienen los ciudadanos de decidir sobre la administración de las cosas que afectan su vida cotidiana.
Esta es una conquista que va llegando a más habitantes de este planeta y que es la base de nuestra razón de ser: la Autonomía Local.
 
En un mundo cada vez más “urbano” ¿las ciudades cuentan con capacidad normativa y recursos suficientes para cubrir los servicios que precisan sus habitantes?
Si observamos el crecimiento urbano a nivel mundial y las limitaciones de los recursos naturales y económicos, tal vez deberíamos asumir el objetivo de la llamada ingeniería gandhiana: “más con menos para más gente”. Muchas ciudades, bien por su crecimiento explosivo o por el aumento de la demanda, pueden encontrarse en esta situación de verse obligadas a ofrecer más servicios con menos recursos para más gente. Ofrecer menos servicios con menos recursos y para menos gente, no debería ser la solución. No es la solución que los ciudadanos esperan.
En general, los gobiernos locales no tienen capacidad normativa para asegurar ni la subsidiaridad ni la suficiencia financiera de los servicios que prestan. Sin embargo, deben asumir la responsabilidad de mejorar su gestión, a pesar de sus limitaciones. Miles de municipios por todo el mundo están asumiendo mandatos sin recursos y responsabilidades sin competencias. Será vital encontrar equilibrios y adoptar medidas que permitan a las administraciones generar los ingresos necesarios para responder a las necesidades.
 
¿Cuáles son los principales retos que han de afrontar las ciudades? ¿Difieren mucho esos retos en función de las regiones del planeta?
Las ciudades comparten, en distintas partes del mundo, retos comunes pero también tienen sus retos específicos.
Los retos comunes provienen de la necesidad de afrontar problemas globales como, por ejemplo, la inclusión social, la lucha contra la pobreza o la sostenibilidad ambiental pero también tienen un conjunto de retos similares derivados de las demandas de calidad de vida de sus respectivos ciudadanos. Los ciudadanos de cualquier ciudad buscan de manera similar oportunidades económicas, sociales, políticas y culturales.
Las ciudades crecen porque ofrecen oportunidades y grandes expectativas. Cuando éstas no se cumplen, la ciudad y la sociedad entran en crisis. Sin embargo, las diferencias entre regiones en aspectos como el crecimiento y composición demográfica, nivel económico, nivel y tipo de urbanización, acceso a recursos escasos como el agua o la energía, entre otros, marcan fuertes diferencias.
 
Desde la perspectiva de CGLU ¿qué posibilidades de logro y en qué plazos ofrecen los Objetivos de Desarrollo del Milenio?
Los Objetivos del Milenio son una propuesta mundial por lograr mejorar la calidad de vida de los ciudadanos más pobres de nuestro planeta. El establecimiento de esta responsabilidad y el trabajo en su obtención ya implica un logro para la solidaridad mundial.
Es muy probable que en muchos países no se cubran estas metas en los plazos originalmente propuestos, y esto puede ser grave, pero no es lo más importante. Lo verdaderamente grave sería abandonar el proyecto. Sería asumir una visión de laissez-fairey no tomar la responsabilidad de gobernar los estados y las ciudades para lograr el bien común.
No hay como dejar hacer y dejar pasar. Debemos como Ayuntamientos mantener los objetivos claros y trabajar decididamente por la obtención de los ODMs.
Hemos de evaluar por qué no llegamos a cumplirlos y contribuir al pensamiento creativo y desarrollo de políticas a nivel internacional. En este sentido, participar en los debates internacionales, no se alejarse de las necesidades de los ciudadanos sino todo lo contrario.   
 
¿Qué pueden aportar al movimiento municipalista mundial las asociaciones y federaciones nacionales de municipios?
El movimiento municipalista mundial está conformado por asociaciones y federaciones nacionales de municipios y también por ciudades individualmente hablando. Las aportaciones y las demandas de las federaciones nacionales son dos caras de la misma moneda. El movimiento asociativo mundial establece sus prioridades atendiendo a las demandas y encuentra respuestas en la creatividad de sus propios miembros. El trabajo de CGLU consiste en fertilizar el terreno para el diálogo, estimular la innovación y establecer un canal  de comunicación permanente que permita a las asociaciones y a los ayuntamientos conversar y encontrar soluciones.
Los problemas -la congestión, la delincuencia y la polución, por ejemplo- están en todas las urbes del mundo; pero también allí se encuentran las oportunidades para creación de riqueza, para la innovación y para la inspiración, que provienen de la interrelación y el contacto directo con las personas. Es aquí -en las ciudades- donde se produce la ciencia y el lugar de génesis de los cambios políticos, como por ejemplo  en la “primavera árabe” o donde se gestan nuevos movimientos ciudadanos tales como el 15 M.
El otro papel importante que tiene el movimiento municipalista mundial es lograr presentar las visiones de los gobiernos locales en los organismos multilaterales. Pero este papel solo es una extensión del papel anterior. Es decir, las propuestas que se haga al sistema de gobernanza a nivel mundial provienen de los caldos de cultivo de innovación que son las ciudades.
 
Josep Roig, Secretario General de CGLU

Josep Roig, Secretario General de CGLU

Carta Local nº 381, julio-agosto 2024.pdf